«La situación es alarmante»

El último ocurrió la madrugada del viernes en la cafetería Imperial, tal y como adelantó ayer EL COMERCIO en su edición digital. Poco antes de la una, cuando la camarera se disponía a cerrar, dos individuos encapuchados entraron esgrimiendo un cuchillo y la amenazaron para que se apartase de la caja registradora.

La víctima se quedó paralizada de miedo y fue entonces, para conseguir su propósito, cuando uno de los delincuentes le propinó un fuerte golpe en la cara. Se hicieron con la recaudación del día, unos 500 euros, e intentaron destrozar la máquina del cambio. No lo consiguieron, pero antes de huir se apoderaron de la caja de las propinas. Según señaló la mujer a la Policía, se trataba de dos varones jóvenes, «con acento extranjero», si bien no han podido precisar si pudiera ser simulado para desviar la atención y entorpecer las investigaciones.

La camarera sufrió una crisis de ansiedad por la que precisó asistencia sanitaria, además de la fuerte contusión en la cara. «Estábamos esperando a que nos tocase a nosotros porque ya veíamos lo que estaba ocurriendo en la zona, no hay derecho a que pasen estas cosas, estamos muy intranquilas trabajando precisamente por miedo a que pasase lo que acabó pasando», relató una de las camareras de la cafetería.

El temor que manifiestan sentir no es infundado. En octubre un estanquero de la avenida de la Argentina fue apuñalado por dos delincuentes que le esperaron junto a su coche para robarle la recaudación. Aún no han sido detenidos. Apenas dos semanas después, un hombre perpetró un atraco a mano armada en una joyería, también ubicada en la avenida de la Argentina. Fue arrestado pocos días después. A esos dos graves incidentes se suma un asalto a punta de navaja en un supermercado de la Algodonera (el ladrón fue retenido por los testigos hasta la llegada de la Policía) y el más reciente robo en una joyería, también en la avenida de la Argentina. Un hombre entró en la tienda y con un martillo rompió las vitrinas para llevarse joyas.

Desde la asociación de vecinos Alfonso Camín de La Calzada se muestran intranquilos y urgen medidas de forma urgente. Una de las principales, considera la presidenta, Teresa Prada, es que se ilumine la avenida de la Argentina. «Nos dicen que hay contaminación lumínica si encienden todas las farolas y por eso las encienden solo de forma alterna, lo que hace que haya mucha oscuridad, a lo que se suma que la acera es estrecha y las calles adyacentes son muy propicias para huir corriendo», apunta. Por ese motivo, reclama que «haya una mayor presencia policial, a pie y en coche, y también que se retomen los contactos de la Policía con la asociación; con todo lo que ha pasado, todavía no nos han explicado nada, antes la comunicación era mucho más fluida».