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LAURA FONSECA
Lunes, 8 de mayo 2017, 01:50
La familia de una mujer de 94 años, fallecida en Cabueñes el 1 de abril, ha denunciado al hospital por una supuesta desatención sufrida en Urgencias. Según explicó Victoria Fernández Entrialgo, sobrina nieta, la enferma «no fue bien atendida, y no lo fue por el simple hecho de tener 94 años». La elevada edad fue el motivo que alegaron varias veces en Urgencias, asegura, para no realizarle un test (un urinocultivo) que hubiese valido para detectar la infección que padecía, un proceso que tres días después provocó el fallecimiento. El hospital ha abierto una investigación para determinar lo sucedido y no ha querido pronunciarse sobre el asunto.
Según relata Victoria Fernández en la reclamación presentada el 17 de abril ante la oficina del Servicio de Atención Ciudadana, los hechos se iniciaron el 29 de marzo cuando su tía abuela, V. P. C., fue llevada a Urgencias «porque se encontraba mal». Su tía abuela permanecía ingresada desde hacía algún tiempo en una residencia, donde trabaja Victoria. Había sufrido una fuerte infección en diciembre, lo que obligó a administrarle antibiótico intravenoso, pero «se había recuperado muy bien y tenía muchas ganas de vivir. En 2015 la operaron de una rotura de cadera».
La sobrina nieta critica por un lado la desatención que dice haber sufrido por el hecho de que la paciente fuera muy mayor: «Los dan como por perdidos y no hacen las pruebas que deberían hacerles», se queja. Y también que «una vez en Urgencias no te dejan pasar de la recepción. Mi tía, por la edad y las circunstancias de salud, no podía hablar casi, tiene derecho a un acompañante en Urgencias. Cuando se lo hice ver a una de las personas del servicio, me dijo que ella no sabía de esas cosas, y me echó».
Ese 29 de marzo, la tía abuela de Victoria ingresó en Urgencias dos veces. Una por la mañana, cuando después de una exploración y una radiografía «que ellos reconocen que no fue bien hecha», la enviaron a la residencia con antibiótico. El tratamiento «se lo pautaron de forma empírica porque no le hicieron un urinocultivo», relata. Siete horas después del alta, empeoró y volvió al hospital, ese mismo día, a las nueve de la noche.
«Se podría haber evitado»
En esta ocasión, la acompañó Victoria. «Pensé que podría ser de utilidad. Tenía miedo a una sepsis generalizada, lo que al final acabó ocurriendo». Pero esa noche, Victoria no pudo permanecer en el box «Me echaron. Hay profesionales que creen que el servicio de urgencias es de su propiedad y se comportan como un policía intransigente», se enciende.
Luego le informaron que le habían hecho el test de detección de infección y su tía volvió a ser enviada a la residencia con el argumento de «tiene 94 años, estos cuadros son normales». Volvió al día siguiente y quedó ingresada al agravarse su estado. En los boxes les dijeron que «prácticamente se moría porque tenía una infección generalizada», lamenta Victoria. Para más inri, un médico residente que les informó a ella y a su madre «se negó a volver a explicar lo ocurrido cuando minutos más tarde llegó el hijo de la paciente. Dijo que él no explicaba las cosas dos veces y se marchó». La tía de Victoria fallecía 48 horas después y ella considera que «se podría haber evitado».
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