Las cercanías perdieron casi la mitad de viajeros con la estación provisional

El traslado de la estación de ferrocarril al entorno de la antigua fábrica de La Bohemia suscitó una oleada de críticas entre los gijoneses por su alejamiento del centro. Y el descontento ciudadano se ha dejado sentir en el balance de viajeros de cercanías tanto de Renfe como de la extinta Feve, que se materializa en una caída del 43,6% respecto a los datos acumulados en 2010, el último año completo en el que El Humedal, Jovellanos y La Braña estuvieron en servicio. El 28 de marzo de 2011, los servicios de Renfe se mudaron al nuevo edificio de viajeros; los de Feve habían hecho lo propio el 30 de enero anterior.

En 2010, los operadores integrados en el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) sumaron 1,18 millones de pasajeros que salían de la ciudad desde sus andenes. En 2016, la cifra cayó a 668.900, de los cuales 282.700 corresponden a Feve y los 386.200 a Renfe. Un mazazo considerable por la merma de ingresos que acarrea esta pérdida de usuarios.

El primer año completo de la estación provisional, esto es, 2012, la cifra de usuarios embarcados se desplomó hasta los 879.408. Si se repasa el histórico de viajeros, la situación no tiene visos de enderezarse. Sin ir más lejos, la variación interanual en el pasado ejercicio supuso un caída de 82.900 viajeros, lo que supone un 11% menos que en 2015.

En términos globales, la caída más acusada la experimentó Feve, con un 46% menos de usuarios. Pero el balance de Renfe no es más halagüeño: perdió casi un 40% en seis años. Gijón nunca fue inmune a la crisis, pero sus pérdidas eran de las más contenidas del Principado hasta que se ejecutó el cambio de estación. Una vez abierta la terminal de Sanz Crespo, las tornas cambiaron y la ciudad se convirtió en el furgón de cola de las cercanías asturianas.

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