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José Antonio Roncero, en la plaza del Parchís al poco tiempo de jubilarse.
Adiós al profesor del balonmano

Adiós al profesor del balonmano

Muere José Antonio Roncero, quien vivió cuatro décadas entregado al Grupo y al Codema

J. L. CALLEJA

Martes, 13 de diciembre 2016, 01:17

José Antonio Roncero (Madrid, 1933) falleció ayer en Gijón dejando huérfano al deporte local. Con su desaparición se cierra una de las etapas deportivas más brillantes de los dos últimos siglos en la ciudad. A caballo entre el colegio del Corazón de María y el Grupo Covadonga, tras llegar con solo veintitrés años a Gijón, desarrolló su dilatada trayectoria deportiva en dos de las instituciones más emblemáticas de la ciudad.

Su figura tuvo una dimensión realmente extraordinaria a nivel social, especialmente en el mencionado centro educativo claretiano, donde fue profesor durante 43 años, lo que alternó casi al mismo tiempo en la entidad deportiva gijonesa, en la que comenzó como entrenador de baloncesto cuando la sede estaba en la calle del Molino.

Pero el deporte en el que verdaderamente triunfó fue en el balonmano, siendo uno de los miembros fundadores de la federación asturiana en los años 50. Posteriormente, desempeñó una importantísima laboren la federación española entre los años 1967 y 1978. Comenzó su tarea haciéndose cargo de las selecciones juvenil y junior para luego acabar dirigiendo a los equipos nacionales absolutos masculino, en 25 ocasiones, y el absoluto femenino, en 21. Con estas dos últimas selecciones estuvo en las más relevantes competiciones internacionales, como mundiales y Juegos Olímpicos (Munich 1972). Pocos técnicos pueden presumir de haber pasado por tantos equipos nacionales como Roncero, algo de lo que estaba orgulloso y que comentó en una de sus últimas entrevistas en EL COMERCIO.

Su trabajo como entrenador de balonmano en el Corazón de María tuvo un gran calado entre los miles de alumnos que pasaron por sus manos en las clases de Educación Física. Los frutos recogidos tuvieron un enorme valor con verdaderas 'estrellas' de nivel mundial en todos los estamentos. Tras su inicio como entrenador de balonmano, pronto comenzaron a surgir figuras relevantes en el deporte del balón pequeño como Faustino Villamarín, el primer jugador internacional del Codema, para seguir con Javier García Cuesta, que también fue seleccionador nacional, así como Javier Meana, Pepe Llaneza, Chechu Villaldea y Carlos Ruesga, sin olvidar a otros que vistieron la rojigualda en otras categorías, como Juan de Dios Ruesga, David Pellitero, Javi Ancizu, Beatriz Lapuerta y Enol Blanco. Asimismo, de sus numerosas enseñanzas salió la considerada al final del pasado siglo como la mejor pareja de árbitros del Mundo: Ramón Gallego Santos y Pedro Lamas Pérez.

Pero su tarea no solo se vio reflejada en el colegio, el Grupo y en el ámbito federativo, porque José Antonio Roncero también fue entrenador y fundador del Sporting de balonmano.

Curiosamente, Roncero jugó a balonmano solo una vez en su vida, cuando Asturias se enfrentó a un equipo de Burdeos y se necesitaba un pivote. En una entrevista a EL COMERCIO, comentó: «Llegué aquí como entrenador de baloncesto y lo compatibilizaba con atletismo, proclamándome campeón de Asturias de 100 metros y 4x100». Su entrada en el balonmano se produjo «cuando saqué el número uno, tanto en el curso regional como en el nacional». También comentó en aquella entrevista que «al margen de cumplir como entrenador, me siento orgulloso de haber sido un buen educador, porque muchas veces me reclamaban los padres cuando sus hijos tenían problemas».

Funeral a las seis

Ayer, la sala número ocho del tanatorio de Cabueñes se despedía a toda una figura del deporte local que brilló por su labor en el deporte a caballo entre dos siglos. Hoy, a las seis de la tarde, en el mismo lugar, se celebrará el funeral por su eterno descanso.

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