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LAURA FONSECA
Jueves, 3 de noviembre 2016, 01:11
Esperar varias horas por una habitación en Cabueñes «es una tónica cada vez más habitual». Lo aseguran los sindicatos del centro hospitalario gijonés, que relacionan lo ocurrido estos días en el hospital público no solo con el cierre de dos plantas que permanecen sin funcionar desde el verano, sino también con los recortes y la «falta de personal en las plantas». Conseguir una habitación en el bloque de hospitalización una vez que los médicos de Urgencias determinan el ingreso de un paciente lleva su tiempo. Mucho tiempo. A varios enfermos que se enfrentaron a esta situación en Cabueñes el pasado martes, día festivo, les tocó aguardar hasta doce horas para que les ubicaran en algunas de las plantas. En Urgencias, el personal sanitario llegó pedir paciencia a los familiares de los enfermos que aguardaban por una habitación. El mantenimiento de dos plantas cerradas en pleno noviembre impide dar mayor agilidad a los ingresos. Varios usuarios presentaron una reclamación por escrito. «Es el único lenguaje que entienden», afirmaban los propios profesionales del servicio de atención urgente a los familiares más disgustados con la situación.
No hay quien haga las camas
Eso, y según los sindicatos de la Junta de Personal, «los recortes en la plantilla, que se agudizan cada vez más», es lo que hace que el hospital «haga eclosión muchas veces». Aseguran los representantes de los trabajadores que el número de efectivos es cada vez menor. En las plantas de hospitalización «falta, entre otras cosas, personal de limpieza, lo que impide que una vez que se da un alta puedas preparar la habitación para nuevos ingresos de forma rápida», explican desde el Satse. Lo cierto es que la situación de ocupación de ayer del hospital no era «de las peores». De hecho, según apuntó CC OO, «no hay habitaciones de tres camas», algo que suele ser bastante habitual en Cabueñes.
Sin embargo, sí había falta de camas libres, lo que obligó el pasado martes a que muchos enfermos esperaran doce horas en Urgencias. El hospital estaba al máximo de ocupación, con sus casi 390 disponibles completas. La Consejería de Sanidad, con la que se puso en contacto EL COMERCIO, desistió ayer dar explicaciones sobre lo sucedido. El Hospital de Cabueñes mantiene cerradas sesenta camas. Son las plazas que inhabilitó en verano (concretamente, en julio), una medida que los sindicatos califican de «economicista». El de Gijón es el único centro hospitalario del Servicio de Salud del Principado (Sespa) que aún no ha reabierto esas habitaciones. El HUCA lo ha hecho a lo largo del pasado mes de octubre, una vez que la presión asistencial le obligó a habilitar las 62 camas que había cerrado durante la temporada estival. En total, los cierres de verano dejaron fuera de servicio 307 camas en la red sanitaria pública. Es una medida que se pone en marcha cada verano, pero que tradicionalmente no se extendía más allá de septiembre y octubre.
El gerente del Área V se comprometió con la Junta de Personal a que reabriría las habitaciones «cuando la demanda asistencial lo requiriera». Aseguró que el hospital prolongaría todo lo posible la medida «porque el centro iba desviado en el capítulo I», es decir, en relación al gasto de personal.
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