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CHELO TUYA
Miércoles, 19 de octubre 2016, 07:12
Cubiella ya no tiene en su escaparate la imagen de una mujer. «No me han obligado. La he retirado yo para acabar con la polémica». La controversia a la que se refiere Miguel Cubiella es la que comenzó el pasado 7 de octubre. Cuando EL COMERCIO adelantaba la denuncia tramitada por el Instituto Asturiano de la Mujer contra la empresa de reprografía que regenta.
El organismo, dependiente de la Consejería de Presidencia del Principado, atendía así la queja de un ciudadano contra una imagen colocada en el escaparate del comercio. Entendía el denunciante, y respaldaba el Instituto Asturiano de la Mujer, que la fotografía, un cuerpo femenino de espaldas, medidas perfectas y poca ropa, incumple la Ley de Igualdad.
De poco le sirvió a Cubiella explicar que el cartel lleva veinte años colocado en el escaparate. Ni argumentar que la imagen «fue diseñada por una artista, una licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca» y que él instaló como imagen de la empresa para publicitar «un sistema novedoso que permitía impresiones en grandes formatos con buena definición». Se pasaba de un tamaño limitado a otros de hasta 1,37 metros.
«Pondré un paisaje»
Sus tesis chocaron con las mantenidas por el Instituto Asturiano de la Mujer. Considera que el cartel puede calificarse como «un supuesto de publicidad ilícita prohibida en la Ley General de Publicidad». El artículo 3 deja claro que «los anuncios que presenten a las mujeres de forma vejatoria o discriminatoria», mediante el uso «de su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar», se consideran ilícitos.
En apoyo del Instituto Asturiano de la Mujer se posicionaron las asociaciones feministas asturianas, que lamentan la utilización, ayer y hoy, del cuerpo de la mujer como reclamo. La propia directora, Almudena Cueto, lamentaba lo mucho que hay que avanzar para acabar con el sexismo en la sociedad. «Polémicas como la de Cubiella demuestran que la Ley de Igualdad se considera de segunda, que no debe cumplirse».
Miguel Cubiella insiste en que nunca quiso incumplir la ley. Ni considera «obsceno», como figura en la denuncia presentada ante el Instituto de la Mujer, la obra que presidía su escaparate. «Ahora pondré un paisaje», explicaba ayer, a la vez que apuntaba que nunca sospechó «el cariz que iba a tomar esto. No tengo denuncia oficial, pero lo quito para poner fin al problema».
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