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Marcelo Palacios revisa el programa del congreso.
«La violencia contra las mujeres revela que esta sociedad  está enferma»

«La violencia contra las mujeres revela que esta sociedad está enferma»

Presidente de la Sociedad Internacional de Bioética

LUCÍA RAMOS

Jueves, 6 de octubre 2016, 01:09

A solo once días de la celebración, en el recinto ferial Luis Adaro, de su IX Congreso Mundial de Bioética, el presidente de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), Marcelo Palacios, presume de programa y ponentes. El tema elegido para esta ocasión, 'Las violencias contra las mujeres', ha logrado suscitar un gran interés en la sociedad y ya son más de 500 las personas inscritas en el encuentro.

¿Por qué 'Las violencias contra las mujeres'?

Es un tema de absoluta dimensión mundial y con muchas implicaciones. La violencia contra las mujeres es una lacra mundial y va 'in crescendo'. ¿Cómo es posible que las que nos llamamos sociedades cultas seamos incapaces de acabar con este tipo de plaga? En ese sentido, nuestra intención es que este congreso no sea una manifestación teórica, sino una propuesta práctica. Y además, una propuesta exigente a las instituciones que proceda. Es decir, si hay un salto entre uno y otro ámbito de aplicación de la ley a la hora de proteger a las mujeres, tiene que subsanarse.

¿Cree que se quedan en papel mojado las buenas intenciones en defensa de las mujeres?

Nosotros pretendemos que no sea así. Las palabras se las lleva el viento y queremos que haya una concreción de peticiones que sean más bien exigencias de la sociedad para acabar con esto. Es hora de sacar genio y reconocer que la violencia contra la mujer revela que la sociedad está enferma. Debemos entonces tener la mentalidad del médico y sanar en la medida de lo posible.

El último día hay una mesa de debate en la que van a participar adolescentes de diferentes centros educativos gijoneses, ¿es importante llevar el asunto de la violencia contra la mujer a las aulas?

Es importantísimo y los profesores están haciendo un papel fundamental en eso. Tratar, debatir y trabajar sobre este tipo de temas es muy efectivo y cala en los sentimientos. Cuando haces un agujero no solo haces el agujero, sino que estás tomando conciencia de lo que puede haber dentro del mismo. Cuando hacen trabajos e investigaciones en contra de la violencia sobre las mujeres, los chavales están metiéndose de lleno en el tema. Hay un aprendizaje cultural importantísimo en este sentido.

Algunos expertos advierten de un repunte del machismo en España, también entre los jóvenes.

Yo creo que esas informaciones hay que mirarlas con fineza. Mi experiencia me dice que la juventud masculina es mucho más atenta, convivente y delicada con sus colegas femeninas que lo era en mi tiempo. Creo que la juventud española de hoy día es más madura de lo que éramos nosotros y no tengo la impresión de que los jóvenes sean ahora más machistas, al contrario.

¿Quizás hay más conciencia y se denuncian más estas situaciones?

Puede ser.

Hace unos meses un grupo de cinco jóvenes violó presuntamente a una chica en San Fermín y solo unas semanas atrás nos enterábamos del suicidio de una joven italiana tras ser acosada en redes sociales por un vídeo sexual hecho público por su novio, ¿qué está pasando?

Creo que hay que tener mucho cuidado a la hora de valorar estas conductas aisladas, no podemos generalizar. Yo encontré casos muy complejos y difíciles como profesional y hay situaciones en las cuales el cuerpo general solo se salva cuidando, atendiendo e incluso amputando una parte. No podemos amputar a estas personas, pero sí tenemos artificios y recursos como países democráticos para coartar su actitud, enquistarla en incluso hacerla desaparecer. Lo que no podemos es salir luego diciendo que no disponemos de recursos, porque entonces es que la sociedad falla en sí misma.

Otro de los temas del congreso será la trata de blancas, ¿legalizar la prostitución acabaría con este problema como defienden los partidarios?

Vamos a dejar que eso lo debatan los expertos. Lo primero que tiene que ser es la protección de las mujeres, no solo contra la violencia y las mafias que las llevan a esa situación, también cuidando los aspectos sanitarios y sociales precisos. Tenemos que situarnos en un plano antihipócrita y establecer los mecanismos necesarios para conocer los casos, tratarlos y ver qué se puede hacer.

Hace poco se hacía público el caso del pequeño Juan Francisco, dado en preadopción a una pareja de Valencia sin el consentimiento de su madre, quien en el momento del parto tenía 14 años y estaba bajo custodia del Principado. Ahora, cuatro años después, una sentencia judicial obligó a la pareja a devolver al niño a su madre biológica. ¿Se actuó correctamente?

No seguí a fondo el caso, pero lo principal son los derechos del niño. El estado tiene el deber de proteger al recién nacido si la madre no está en condiciones, porque el hecho de ser madre no garantiza la socialización del niño. Pero si no es así y se ha producido un exceso, es lógico que se lo tengan que devolver. Lo que hay es que hacer es revisar la legislación para que este tipo de situaciones no se repitan.

¿Cuál puede ser la solución a los problemas de convivencia entre transeúntes y vecinos de Laviada?

Hacen falta soluciones sociales. Ahí hay dos cuestiones claras: el derecho de los vecinos a vivir en un entorno de salubridad, tranquilidad y seguridad y el de estas personas en situación de indefensión social a ser atendidas por la sociedad en la que viven. Hay que establecer los mecanismos necesarios para que puedan vivir de otro modo sin necesidad de ocupar estos espacios, pero con el derribo no logramos una solución definitiva, pues lo más seguro es que se vayan a otro sitio.

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