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marcos moro /leticia álvarez
Domingo, 31 de julio 2016, 09:27
«Sorprendido y disgustado». El conde de Revillagigedo, Álvaro Armada y Barcáiztegui, no puede ser más claro. Su sorpresa y su disgusto se deben a los actuales usos que se le está dando al Palacio de Revillagigedo. El edificio donado por una cantidad simbólica a la villa de Gijón en los años setenta por su padre, el anterior conde Álvaro Armada y Ulloa, acogió hasta octubre de 2012 el Centro Internacional de Arte, gestionado por la Obra Social y Cultural de Cajastur, pero tras el cierre de esta actividad, apenas ha acogido actos de índole cultural. Por ello, Armada considera «una burla hacia la intención y voluntad de mi padre y una burla también al pueblo de Gijón que se organicen actividades de orden menor como mercadillos y ferias».
El malestar con la deriva que está teniendo la gestión de los espacios de ese complejo arquitectónico por Liberbank le ha llevado ya a asesorarse sobre las opciones jurídicas que tiene su familia para revertir la donación de todo ese patrimonio.
El aristócrata matiza que no tiene nada en contra de ese tipo de saraos y mercadillos, pero recuerda que «mi padre donó uno de los principales edificios de la ciudad al pueblo de Asturias para fines culturales y nada de eso se está haciendo».
La última de las actividades programadas en el interior del palacio fue Ciclorama, un certamen dedicado a la bicicleta que reunió a numerosos expertos en movilidad, en el que se impartieron charlas sobre las dos ruedas, hubo conciertos y gastronomía. Anteriormente estuvo el Summer Summit, un zoco veraniego.
Para Armada, que no menciona ninguna de estas citas del Revillagigedo en concreto, este tipo de eventos rechinan con el fin último de la donación del anterior conde y tampoco se explica cómo Liberbank, que gestiona el edificio, lo abre para este tipo de ferias: «Lo que ha hecho mi padre... A ver quién hace un regalo así, porque hay que destacar que incluyó la Colegiata de San Juan Bautista y todas las casas anexas. Hoy en la mayoría de esas casas, en sus bajos, hay el bar de tal o de cual y todavía dicen que no tienen dinero. Pero vamos a ver quién está cobrando todas esas rentas como para decir que no hay dinero para actividades culturales».
Hasta tal punto muestra su enfado Álvaro Armada que advierte: «Estoy considerando lo que tengo que hacer». A la pregunta directa de si está pensando en revertir la donación de su padre por los usos espurios que a su juicio alberga desde hace cuatro años el palacio, responde: «En ese sentido no voy a pronunciarme, pero estoy considerando la situación y asesorándome al respecto porque de verdad que estoy muy disgustado».
Petición del Pleno municipal
El Pleno municipal aprobó este mismo mes una proposición que reclama a la dirección de Liberbank y a la Fundación Bancaria Cajastur «la reapertura del Palacio de Revillagigedo como centro cultural o social abierto al uso libre de toda la ciudadanía».
Las tarifas sin IVA por el alquiler de los diferentes espacios del Palacio de Revillagigedo y la Colegiata de San Juan Bautista son públicas y se pueden consultar en la web de la Fundación Cajastur Liberbank. En el Palacio de Revillagigedo se puede alquilar la antigua zona expositiva (dos plantas) a razón de 3.000 euros la jornada, 12.000 euros por cinco días y 15.000 euros el mes completo. También están disponibles el patio de los Asturcones (650 euros la jornada completa), el patio exterior (500 euros/día) y la sala de prensa (180 euros/día).
La entidad financiera destaca que ambos inmuebles conjunto palaciego y colegiata están equipados y disponibles para la celebración de encuentros, reuniones, congresos y todo tipo de actos culturales y sociales. Liberbank asegura que los ingresos percibidos en concepto de arrendamientos se destinarán a obras sociales.
En los últimos años han sido varios los mercadillos y ferias de todo tipo que se han instalado en el conjunto palaciego, que ahora en verano tiene abierta una terraza pegada a la torre del reloj para disfrutar de una bebida o de comida rápida al aire libre con música de disc-jockeys. Desde que cerró el centro de arte han pasado por allí también exposiciones como la de Cuarto Milenio, que trajo el verano pasado al palacio los enigmas y misterios del televisivo Iker Jiménez.
Desintéres por el archivo
Los usos actuales del palacio de Revillagigedo no son el único motivo de descontento para Álvaro Armada y Barcáiztegui. Hay que recordar que en 2012 ofreció al Ayuntamiento de Gijón todo el archivo de su dinastía, considerado el primer archivo asturiano de acuerdo con la calificación del padre Patac, además de uno de los dos o tres más importantes de España, así como el archivo americanista más relevante del mundo. Suman casi el millón de documentos y para Armada habría sido un sueño cumplido donarlo a la ciudad y, además, vincularlos al palacio, donde él pensaba que podría quedar constituido un centro de estudios históricos. Sin embargo, cuatro años después de lanzar aquella propuesta, ahora asegura que no obtuvo respuesta alguna y que, lamentablemente, son otras instituciones de otras ciudades las que han mostrado interés por el legado y con las que está en negociaciones.
«Ha sido impresionante. Presenté una oferta, pero parece que la cosa no interesa. Hay poca madurez cultural en esta ciudad, de manera que retiré la oferta», sentencia conde de Revillagigedo.
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