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PABLO SUÁREZ
Viernes, 15 de julio 2016, 02:19
De Agolada, un pueblo pontevedrés, a dirigir el centro de investigación oncológica más importante del país. María S. Soengas, experta en la investigación de la cura contra el cáncer de piel y jefa del Grupo de Melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, ha trabajado también en prestigiosos laboratorios e importantes universidades de todo el mundo. Ayer habló de sus investigaciones en el Congreso de Biotecnología, que hoy concluye en Gijón.
¿Cómo se puede prevenir el cáncer de piel?
La prevención consiste básicamente en controlar la exposición solar, especialmente durante la infancia. La defensa más potente contra el cáncer de piel es la utilización de cremas con protección ultravioleta A y B. Hay que tener bastante cuidado, ya que muchas cremas que se comercializan tienen protección contra los rayos ultravioleta A, pero carecen de respuesta a los ultravioleta B. Además, a la hora de aplicarse una crema, no solo es importante que tenga ambos filtros, también es clave la aplicación. Muchas veces se da por hecho que al protegerse con una crema de protección alta es suficiente con aplicarla al comienzo del día. Es un error grave. Lo recomendable es reaplicársela a lo largo del día para fortalecer la protección. Otro error de bulto es pensar que una exposición solar alta solo se produce en la playa, cuando la montaña o la nieve también son lugares en los que protegerse con una buena crema es importante.
¿Estamos cerca de una cura definitiva contra el cáncer de piel?
Cura como tal, no. No obstante, entre un 30 y un 40 por ciento de los pacientes responden favorablemente al tratamiento. Por tanto, lo que seguro se va a conseguir es extender la vida media del paciente y que éste tenga una mayor calidad de vida.
Ha trabajado gran parte de su vida en Estados Unidos. ¿Aprecia diferencias entre el apoyo a la investigación allí y en España?
La diferencia reside fundamentalmente en el plano económico. Allí es mucho más fácil conseguir apoyo financiero. No obstante no solo es este aspecto el que marca la diferencia. También los medios y los planes a medio y largo plazo. Habría también que subrayar el papel de las universidades, que tienen una cultura de protección de datos y transferencia de conocimientos mucho más desarrollada que aquí, con departamentos específicamente destinados a la protección de propiedad intelectual.
Por tanto, ¿es un problema de estructuración universitaria?
Sí, insisto sobre todo en la planificación de la trasferencia de conocimientos. Muchas universidades americanas tienen contratos de colaboración con grandes empresas. Pese a que en el CNIO(Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) tenemos gran cantidad de acuerdos con empresas farmacéuticas, en España creo que falta un poco de colaboración y acercar más la empresa a las universidades y viceversa.
Desde que un producto está desarrollado en un laboratorio hasta que puede ser comercializado, ¿cuánto tiempo puede pasar?
Desde un laboratorio de investigación básica es muy difícil, prácticamente imposible, llegar a comercializar un producto. Tradicionalmente, las empresas manejan tiempos que varían desde los diez a los quince años, desde que un producto empieza a ser desarrollado hasta que termina la fase completa. No obstante los tiempos se están acortando mucho últimamente debido a que la investigación provoca que haya que hacer menos estudios básicos de prueba de concepto. Hay compuestos que se han sacado al mercado en dos o tres años.
¿Es un avance importante, no?
Lo es, pero estamos hablando de un proceso excepcional.
El gremio científico se suele quejar de la reticencia de las empresas a apostar por la investigación.
Yo no utilizaría la palabra reticencia. Creo que es más bien que las empresas piensan en retorno a la hora de depositar dinero en un proyecto. Los avances científicos, en cambio, precisan tiempo. También influye que las empresas están demasiado centradas en sus objetivos, y no muestran tanto interés por desarrollar nuevos fármacos. Eso en Estados Unidos es muy distinto, ya que allí existen empresas centradas únicamente en la búsqueda de nuevos compuestos.
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