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PALOMA LAMADRID
Martes, 15 de marzo 2016, 02:41
Mantenían una relación tormentosa que acabó con el peor de los finales posibles. Silvia Hernández Álvarez, de 34 años, fue encontrada muerta en el domicilio de Roces que compartía con su compañero sentimental. Las discusiones y las peleas entre la pareja eran continuas, por lo que la presencia policial ya no sorprendía a los vecinos del número 3 de la travesía de los Carpinteros. «Una vez al mes, había follón. La Policía venía aquí a tiro fijo», explicó ayer Julio Molina, el vecino del piso de arriba de la fallecida y el detenido. El viernes los residentes en el edificio se despertaron «a las cinco de la mañana» por la trifulca que había formado la pareja. Era ella quien alertaba a la autoridad la mayoría de las veces, según el testimonio de las personas que residen en el mismo bloque. Al presunto autor del crimen le conocían desde años atrás porque en ese inmueble, el bajo izquierda, vivía con su esposa, que falleció hace años.
Según el relato de los vecinos, el detenido y su mujer habían tenido una hija «pero se la llevaron sus tías». Había rehecho su vida con Silvia Hernández, pero la relación era dañina, a juzgar por los altercados que protagonizaban con frecuencia. El arrestado no tenía oficio conocido por las personas del barrio, que también desconocen si ella tenía trabajo. Lo que tienen claro es que se trataba de una pareja fuera de lo habitual. Señalaron que era usual verles bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Precisamente, apunta a este abuso como la causa de muchas de sus peleas. Se desconoce si la discusión iniciada la madrugada del sábado al domingo fue por este motivo o por otro. Lo que sí confirmó una vecina es que había visto gotas de sangre en el portal cuando llegó a casa en la madrugada del sábado al domingo.
Petición de auxilio
«Ella siempre pedía socorro a voces», indicó Sara Valle, vecina del bloque. Pero el incidente parece que pasó a mayores en las horas posteriores. «Esta vez era fuerte», apuntó. Silvia Hernández había vuelto a residir en el piso de su pareja después de unos meses de ausencia. La relación que mantenían se había interrumpido en varias ocasiones. De hecho, los vecinos aseguraron que habían estado alrededor de seis meses sin ver a la fallecida por el barrio. Hace un tiempo, había regresado a la casa de Roces en la que convivía con el hombre que presuntamente acabó con su vida.
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