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CHELO TUYA
Domingo, 13 de marzo 2016, 03:44
«En cada edición se exponen en el congreso una selección de los mejores trabajos a nivel internacional con hormigón». Es parte de la carta de presentación del VII Congreso Internacional de Arquitectura Blanca. El que organiza la Cátedra Blanca de la Universidad Politécnica de Valencia y que la capital del Turia acogerá hasta ayer. En él estuvieron dos gijoneses: los arquitectos Alfredo Estébanez y Eduardo García. Ambos para presentar una obra también gijonesa, el Velatorio de Jove.
El proyecto fue seleccionado para participar en el congreso por la propia Cátedra Blanca, conocedora de otros trabajos del equipo de arquitectos que trabajan bajo la marca comercial AE Arquitectos. En pasadas ediciones, ambos dieron a conocer a los expertos otro velatorio, el de Colombres, también realizado con la materia clave de la cátedra: el hormigón blanco. «Para nosotros ha sido todo un premio participar y que nos hayan llamado para presentar nuestra obra», explicó Alfredo Estébanez. Junto a su compañero de colegio, de universidad y, ahora, de despacho, Eduardo García, Estébanez explicó ante el auditorio los motivos para elegir esta materia, así como la importancia que ha jugado para que el nuevo dispositivo «tenga la luz y el color necesario para generar tranquilidad».
Se aleja el Velatorio de Jove de una concepción oscura de la muerte y, también, de simbologías religiosas. «Favorece el respeto a todas las creencias», explica Estébanez, quien también destaca «la intimidad que se procura a la familia».
Inaugurado en mayo del año pasado, el edificio costó a su propietaria, Funerarias Gijonesas, 2,8 millones de euros. Ocupa una superficie de 4.750 metros cuadrados con acceso desde la avenida de Eduardo Castro. Con vistas a El Musel, Estébanez defiende que el hormigón blanco «es la clave para su total integración con el entorno».
«Momento difícil»
Pese a su doble participación con un velatorio en el congreso de Valencia, Estébanez rechaza el encasillamiento. «Hemos hecho esas obras porque nos las han pedido, pero también hacemos otras muchas». En la actualidad, que no duda en calificar de «momento difícil» para la arquitectura, ambos gijoneses trabajan en la rehabilitación de un edificio en Avilés, en un interiorismo gijonés y en la redacción de un proyecto de viviendas. Lamenta Estébanez «la competencia desleal» que sufre el sector, no tanto por el intrusismo como «por el todo vale».
La crisis de la construcción aún sigue vigente y aunque AE Arquitectos abrieron, justo, en plena explosión de la burbuja inmobiliaria, Estébanez entiende que «es un momento muy complicado. En el que la confianza del cliente es la clave».
Una que ellos parecen haber encontrado. Recuerda el gijonés el origen de la obra: «Javier Fano, el gerente de Funerarias Gijonesas, nos dibujó en un papel lo que quería. Él ya se había olvidado, pero cuando lo inauguramos, le devolvimos ese papel. El velatorio es tal cual él había pedido».
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