Los perros, con pleno derecho en el Rinconín

La del Rinconín es ya de forma oficial una playa apta para perros. La decisión del Ayuntamiento de autorizar que los animales puedan disfrutar durante todo el año de una de las playas del concejo ha sido recibida con gran satisfacción entre los propietarios de mascotas, quienes hacen, sin embargo, un llamamiento al «sentido común y al civismo» para conseguir mantener la armonía entre los usuarios, los bañistas y los animales.

«Es una petición que llevábamos tiempo reclamando y ahora tenemos que conseguir entre todos que no haya problemas y que todo el mundo se respete. Es cuestión de tiempo y de que la gente se vaya acostumbrando a ver a los perros también en verano», comenta María Rodríguez, una habitual de la playa de San Lorenzo que a diario lleva a su perro 'Ringo' a pasear por el arenal y que ahora aplaude el acuerdo de la Corporación municipal de una de las ciudades con más perros de España. En Gijón están censados unos 22.000 perros. Es decir, hay más perros que niños menores de 10 años.

Ayer, aprovechando la mañana dominical, fueron varios los usuarios que se acercaron a la escalera 24, la playa del Rinconín, acompañados de sus mascotas. Fue el caso de Montse Meana, vecina de El Coto, quien considera que la iniciativa municipal es «muy ventajosa para los dueños de perros». «Lo que hay que intentar es que todos seamos responsables, recojamos los excrementos y procuremos que no molesten al resto de usuarios. Habrá gente que se queje cuando empiece el buen tiempo, pero entre todos hay que buscar un consenso», comenta.

En ese mismo sentido se pronuncia Carlos García. «Que hayan escogido esta playa para dejar animales todo el año es muy buena idea porque es una playa que no invita mucho a los bañistas, tiene mucha roca y para bañarse no está muy bien, así que no creo que haya problemas de cara al verano. Con que nos respetemos unos a otros, vale», explica.

Águeda Teresa y Celso Mellado se muestran «muy satisfechos» con la elección de la playa por parte del Ayuntamiento. «Es una playa muy limpia porque sube la marea casi hasta arriba, es una buena opción y así los dueños de perros tenemos libertad de horario para bajar el día que sea, sin estar pendientes de si es verano, primavera u otoño», explican.

Pero los hay que no están tan contentos con la novedad. «Yo vivo en la Providencia y en verano vengo a la playa siempre aquí, desde hace 30 años. ¿Ahora qué voy a estar pendiente de si me pasa un perro por encima de la cabeza? Los perros son perros y no pueden tener las mismas ventajas que las personas, que parece que ahora la ciudad está ideada para perros y ciclistas», lamenta Herminia Fernández.