Borrar
Profesionales de Hemodinámica preparan la sala antes de iniciar una angioplastia, una técnica que suele durar unos 30 minutos.
Cabueñes reduce la mortalidad coronaria

Cabueñes reduce la mortalidad coronaria

La apertura de Hemodinámica en 2011 ayudó a mejorar el tratamiento de los infartos en Asturias

Laura Fonseca

Jueves, 21 de enero 2016, 02:34

De menos a más. Del furgón de cola a liderar la tasa nacional de tratamiento precoz para los infartos. Este es el camino que recorrió Asturias en los últimos cinco años y que le llevó de ser la comunidad que menos angioplastias practicaba a pacientes infartados a situarse entre las que más cateterismos realiza por millón de habitantes. En todo esto mucho tuvo que ver la unidad de Hemodinámica del Hospital de Cabueñes de Gijón abierta en octubre de 2011 y que, junto con la que históricamente ha funcionado en el HUCA -donde hay dos salas-, permitió mejorar el tratamiento de los infartos en Asturias.

Cabueñes llevó a cabo 235 angioplastias primarias en 2015. Se trata de una técnica de revascularización, una suerte de rescate coronario que permite reducir el posible daño que produce un ataque al corazón, sobre todo si la técnica se realiza en la primera hora y media. Sumadas a las angioplastias primarias que también hizo el HUCA y que sitúan a Asturias entorno a las 480 pruebas por millón de habitantes, el Principado muestra ahora mismo una de las cifras más altas del país.

Precisamente, con la apertura de Hemodinámica, el Servicio de Salud implantó el llamado 'código corazón' destinado a garantizar una atención lo más urgente posible ante un infarto. Este programa, activado por dos unidades de Hemodinámica (Cabueñes y HUCA), pero también por el SAMU y urgencias de Primaria, ha permitido al Principado dar un salto cualitativo y abandonar los últimos puestos que ocupó en 2009 y 2010. Las regiones que realizan más pruebas coronarias de este tipo exhiben mejor tasa de mortalidad coronaria. En Asturias, según estimaciones del jefe del Servicio de Cardiología de Cabueñes, la mortandad por infartos se redujo un 7% desde que se implantó el 'código corazón'.

La angioplastia primaria, también conocida como cateterismo, permite liberar la arteria obstruida, donde se procede a colocar un stent (un tubo diminuto que mantiene la arteria limpia para permitir el paso normal de la sangre). Es el tratamiento que en marzo de 2014 le aplicaron al presidente del Principado, Javier Fernández, cuando sufrió una crisis coronaria. Aplicada adecuadamente, la angioplastia puede dejar en los enfermos tasas de supervivencia de hasta el 95%.

De 90 minutos a dos horas

Se trata de una de las técnicas más recomendada para tratar el infarto, aunque para que su efectividad sea máxima debe realizarse en condiciones adecuadas y con bastante rapidez. Lo ideal es que no transcurran más de 90 minutos desde que el paciente sufre el problema coronario. El tope está en las dos horas. Ese es el tiempo del que disponen los médicos para intentar evitar que la obstrucción se expanda y afecte a una mayor porción de corazón y lo inutilice. El procedimiento consiste en restaurar el flujo sanguíneo obstruido en la arteria coronaria responsable del infarto mediante la introducción de un catéter por una arteria de la muñeca o la ingle hasta el corazón.

Cabueñes practicó el pasado año 235 procedimientos de este tipo. Lo hizo no solo en pacientes de Gijón sino también de otras zonas sanitarias como Valle del Nalón (80 pacientes) y Arriondas (64), además del área de Jove (144). Junto a los cateterismos hechos a personas infartadas minutos después de que se produzca el propio ataque al corazón, el hospital gijonés también llevó a cabo angioplastias 'normales' en enfermos con alguna arteria coronaria obstruida. De éstas hizo 547.

El tiempo medio desde que al paciente le diagnosticaron el infarto hasta que entró en la sala de Hemodinámica de Cabueñes fue de 85 minutos. «Es una buena ratio», asegura Segovia, pero «tenemos que mejorarla». Siempre hay un pero y en este caso es que el tiempo transcurrido desde los primeros síntomas del infarto hasta que el enfermo entró en la sala fue algo más elevado: 170 minutos. Esto se debe, según este cardiólogo a que «la gente a veces espera mucho y no hace caso a los primeros síntomas».

La principal alarma, reitera Segovia a fuerza de que le acusen de «repetirme mucho», «es el dolor en el pecho». Si ocurre esto «hay que llamar al 112, que activará el código ictus. Que a nadie se le ocurra venir en coche o en otro tipo de transporte. Hay que llamar al 112 siempre».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Cabueñes reduce la mortalidad coronaria