Besándose en el recreo

«Os voy a contar una cosa que vais a flipar. La dirección de mi instituto nos ha llevado al despacho a mi novio y a mí para decirnos que no nos podemos besar en el recreo». Con ese mensaje, un alumno de Bachillerato del IES Universidad Laboral denunciaba ayer en las redes sociales lo que, para él, había sido una actitud homófoba de los responsables del centro donde estudia. Originaba de esa forma una una auténtica cascada de mensajes de apoyo hacia él y de duras críticas hacia el centro educativo. «Ha sido el momento más humillante de mi vida, no me puedo creer que todavía existan personas tan retrógradas», proseguía después con su relato de lo sucedido. El chico detalló que estudia en el IES Universidad Laboral e insistió en bastantes ocasiones en que «a las parejas heterosexuales no les dicen nada». Nadie dudaba en hablar abiertamente de «homofobia».

La denuncia pública sorprendió entre el claustro y la dirección del centro. Casi nadie tenía noticias de que hubiera ocurrido incidente alguno. Fuentes del instituto negaron ayer, de forma tajante, los hechos. Aseguraron que «no ha existido ni existe en el centro ninguna actitud homófoba ni ningún tipo de discriminación ni prejuicio» e hicieron hincapié en que la llamada de atención no había tenido nada que ver con la orientación sexual de los alumnos y que, de hecho, así se les había aclarado a ellos mismos. La advertencia había tenido que ver, explican, con la actitud y el lugar en el que se produjeron los hechos, a la entrada del instituto. El propio afectado explicaba en su perfil que los responsables del instituto le habían dicho que la misma llamada de atención se hacía «a todos» aunque, según él, «es falso», idea en la que insistió. Es más, en algún momento llegó a asegurar que se lo había contado a una profesora del instituto y que ésta «me ha dado la razón».

Pero, mientras tanto, la 'bola' crecía en Twitter. Las muestras de apoyo al joven no paraban de llegar. Incluso de algunos representantes políticos. José María Pérez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Gijón, se sumó a las críticas: «Inconcebible que a una pareja de chicos les prohiban besarse cuando a las demás parejas se les permite hacerlo». Otro compañero de filas, Adrián Barbón, alcalde de Laviana, le mandaba «todo mi apoyo. Basta ya de homofobia». Y otra socialista, diputada en la Asamblea de Madrid y destacada militante de los derechos del colectivo LGTBI, Carla Antonelli, explicaba que «el instituto de Gijón impide a dos gays besarse mientras que parejas heteros sí pueden».

«Dejad ya el tema»

Algún militante de Ciudadanos y perfiles relacionados con Izquierda Unida (Área de Lliberta d'Espresión Afeutivu Sexual de IU) se sumaron al apoyo y las críticas. Hasta la Fundación Internacional de Derechos Humanos aseguró que «es un caso claro de discriminación por orientación sexual e inducción al acoso escolar. Le recomendamos acudir a los tribunales». El chico llegó a mencionar la posibilidad de denunciar.

Pero, unas horas después, quiso olvidar el asunto. «Dejad ya el tema, porfa, la cosa se está descontrolando y estoy arriesgando muchas cosas. Prefiero dejarlo pasar». Imposible parar las redes ya. Su primer mensaje, el de la denuncia, no dejaba de ser compartido una y otra vez.