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Lucía Ramos
Viernes, 13 de noviembre 2015, 01:04
«Trastorno», «falta de respeto», «tomadura de pelo»... Estos son sólo algunos de los adjetivos más suaves con los que vecinos y comerciantes de la calle la Merced definían ayer el cambio de nombre de la vía por el del exalcalde José Manuel Palacio, aprobado en el Pleno del pasado miércoles. Algunos se enteraron de la decisión la misma tarde del miércoles a través de la web de EL COMERCIO, pero la mayoría abrían ayer sus establecimientos a primera hora de la mañana sin saber lo que les deparaba el día. En menos de una hora la noticia se propagó como la pólvora y con ella el rechazo y la indignación por un cambio del que, critican, no fueron avisados.
«Esta decisión demuestra una total falta de sentido común, pues no sólo supone un enorme perjuicio para los comerciantes, sino que afectará también a los residentes. Llevamos más de 50 años aquí y nunca vimos nada igual, es un verdadero sin sentido», criticaba la propietaria de la Librería Cornión, Isabel de la Rosa. El momento para dar a conocer este cambio, agregó, no es tampoco el más adecuado, pues todos los comercios de la calle están inmersos en la preparación de la campaña de Navidad. «La gente encargó bolsas, tarjetas, calendarios, y demás material que tendrán que volver a pedir y pagar por el cambio de dirección», apuntó. Algo de lo que pueden dar buena cuenta las hermanas Lorena y Luján Fombella, propietarias de la tienda Miguina de Pan, que acaba de cumplir un año. «El miércoles a las 14 horas recibimos 3.000 bolsas y por la tarde nos enteramos de que nuestra calle iba a cambiar de nombre. No queremos ni pensar en ello», lamentó Lorena.
Al problema del material se suman otros de carácter burocrático, como los cambios en documentos de identidad, domiciliaciones bancarias, recepción de mercancías... «Nosotras nos movemos mucho por internet y redes sociales y todos los fines de semana viene gente de fuera a visitarnos. Si ahora en vez de en la Merced estamos en José Manuel Palacio, a muchos les costará más encontrarnos», señaló Luján.
Recogida de firmas
Tal era el clima de crispación que ayer al mediodía se respiraba en la céntrica calle gijonesa que medio centenar de comerciantes, convocados mediante el 'boca a boca', improvisaron una asamblea informal en la que decidieron iniciar una recogida de firmas, en papel y a través de redes sociales, en contra del cambio de nombre de la Merced. A la reunión acudieron también varios vecinos de la zona que, entre la incredulidad y la indignación, quisieron mostrar su oposición a la decisión del Pleno. «Mi casa tiene más de cien años. En ella vivieron mis padres y mis abuelos y ahora lo hacemos mis hijos y yo, así que, digan lo que digan los políticos, para mí va a seguir siendo la Merced. Eso sí, cuando tenga que hacer un montón de papeleo, ¿me van a ayudar ellos?», se preguntaba Nieves Silos.
Los concejales populares Mariano Marín, Sofía Cosmen y Pablo González, así como el edil de Ciudadanos, José Carlos Fernández Sarasola, que el pasado miércoles votaron en contra del cambio de nombre de la vía, quisieron mostrar su apoyo a los empresarios y residentes de la calle con su asistencia a la asamblea. «Está quedando claro que este cambio no gusta a nadie y vamos a hacer todo lo posible, de forma organizada y democrática, para que este asunto de marcha atrás», explicó Marín, quien animó a los presentes a movilizarse. «Don José Manuel Palacio tiene derecho a una calle, sin duda, pero lo que no podemos hacer es cambiarle el nombre a una calle emblemática y totalmente asentada como esta. Se hace además sin ninguna justificación, porque todavía no nos explicaron por qué tiene que ser justamente la Merced», agregó.
Sarasola, por su parte, justificó el enfado de vecinos y comerciantes y se mostró dispuesto a darles voz en el próximo Pleno. «La idea es presentar una proposición con el PP para que se mantenga el homenaje al alcalde pero se elimine el cambio de nombre de la Merced», explicó.
Desde 1702
En la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias la noticia tampoco cayó bien y a primera hora de la tarde de ayer su presidente, David Argüelles, registró una solicitud en el Ayuntamiento para pedir que se anule la decisión de cambio de nombre de la Merced o que, en su defecto, «se retrase su aplicación durante un periodo de 24 meses, compensando económicamente a las empresas allí instaladas con los gastos que este cambio les suponga».
El nombre de la calle, recoge el escrito, data del año 1702 e «identifica plenamente el comercio de la misma con su clientela. Un cambio de denominación de esta naturaleza dificultará esta identificación con el perjuicio correspondiente que puede acarrear en sus ventas». Un perjuicio al que se suman los cambios de material, imagen y publicidad a los que se verán obligados y que podrían suponer «un gasto añadido de entre 3.000 y 6.000 euros». Algo que, «dada la situación económica por la que viene atravesando el comercio en los últimos años, resulta imposible de asumir en la mayoría de los casos y es, en todos ellos, absolutamente injustificado».
En medio de toda la polémica, no sólo por ser portavoz de Xixón Sí Puede, grupo impulsor del cambio de nombre, sino por dirigir el colegio Jovellanos, situado en plena calle de la Merced, Mario Suárez del Fueyo justificaba ayer la decisión alegando que «José Manuel Palacio merece dar nombre a una calle importante, y la mejor opción era esta, pues sólo tiene 42 números y es más neutra que otras como la de Begoña».
El concejal apuntó también que «no es la primera vez que la vía sufre un cambio de nombre» y consideró que «cualquier cambio en el callejero va a tener detractores». Respecto a las molestias ocasionadas a vecinos y comerciantes, Del Fueyo apuntó que «ya en el Pleno se habló de ofrecer ayudas para paliar el trastorno que el cambio pueda suponer».
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