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OLGA ESTEBAN
Martes, 3 de noviembre 2015, 00:10
Mucho mejor pasar la hora ante el tablero que en la clase de Matemáticas. Pero, aunque no se den cuenta, están haciendo lo mismo. Porque mientras aprenden a mover el alfil, el rey y la torre, están aprendiendo geometría, haciendo cálculo mental, estudio de variantes... Están pensando, obligándose a concentrarse y a reflexionar antes de tomar una decisión. Son las bondades educativas del ajedrez, que ya recomendó el Parlamento Europeo en 2012 y este mismo año el Congreso de los Diputados. Ahora, 200 niños del colegio Corazón de María, de segundo y tercero de Primaria, experimentarán esas ventajas. El centro, que ya hace muchos años que ofrece el ajedrez entre sus actividades extraescolares, lo ha incluido en el currículo de Primaria. Han empezado en segundo y tercero de Primaria y el próximo año se sumará cuarto. Los estudiantes enlazarán, en quinto y sexto, con el aprendizaje del lenguaje de programación scratch.
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Los niños tienen una hora de ajedrez a la semana, dentro de las cinco de Matemáticas que incluye su horario lectivo. Los hermanos Enrique y Julián Iglesias son los que se encargan de desvelarles los secretos del tablero, desde un punto de vista pedagógico y aplicado a las matemáticas. Con ellos, el profesor de la asignatura, Marcos Ordiales, convencido de que esa hora «les ayuda a pensar. Lo que a veces no conseguimos en clase, lograr que 'maquinen', lo hacen aquí». El director del Codema, Simón Cortina, tiene muy claras las ventajas. En primer lugar, la clase no es «una academia de ajedrecistas. Se trata de servirnos del ajedrez como medio para trabajar habilidades mentales, el pensamiento lógico matemático». Y, de paso, «trabajar la concentración, el silencio, la creatividad...». Contribuir, al fin, a «la madurez y la inteligencia ejecutiva». Además de enseñarles los valores de todo deporte, «que unas veces se gana y otras se pierde». Sigue Cortina destacando ventajas: «Trabajan las habilidades mentales, personales y sociales».
El Codema ha habilitado un aula para la clase de ajedrez. Allí están tableros y piezas. Y en tan solo unas pocas horas (han empezado en octubre con las clases), aprenderán ya «el 80% de las normas», asegura Enrique Iglesias. Porque ya el primer día jugaron su primera partida, aunque por el momento se han centrado «en aprender la especialidad del tablero y los movimientos de las piezas. El ajedrez tiene componentes de geometría, que es la base de las matemáticas». Iglesias, con gran experiencia de enseñanza del ajedrez a escolares, explica lo bueno de obligar a los niños a imaginar los movimientos, sin mover la mano. «El ajedrez es cálculo de variantes». Y los escolares lo aprenden sin darse cuenta. «Creen que están jugando, pero están haciendo trabajar al cerebro». Y aprendiendo de los errores, que son «la mejor escuela de la vida». «Alguno muy impulsivo actúa sin pensar. Pero después de perder algunas partidas se da cuenta de que mejor reflexionar», cuenta.
En Asturias son muchos los centros que ofrecen la actividad como extraescolar, pero aún son excepción los que la han incluido en el horario lectivo. El Santa María del Naranco, de Oviedo, así lo hace. En Gijón, el Codema es el primero. Aunque los niños del Rey Pelayo, los Pericones, Clarín, Machado, Martínez Blanco, Asunción y Atalía lo practican fuera de clase.
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