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Jueves, 22 de octubre 2015, 14:55
El pasado día 11 de octubre agentes de la Policía Nacional de Gijón recibieron una denuncia de una niña de 13 años de edad, que en presencia de sus padres, manifestó que habían intentado secuestrarla e introducirla a la fuerza en un vehículo.
La menor contó que cuando iba paseando por el barrio de El Coto con un amigo de 15 años de edad, notó que alguien la agarraba por detrás y detenía su marcha, por lo que creyó en principio que la intención de esta persona era robarle el teléfono móvil que llevaba en la mano. Sin embargo, al ver que su atacante la empujaba y tiraba de ella con la intención de introducirla en un vehículo parado en las inmediaciones, pidió ayuda a su amigo. Éste intentó auxiliarla pero en ese momento fue agarrado por otro hombre que salió de la parte trasera del coche y lo inmovilizó, sujetando sus brazos en la espalda. Finalmente estos dos hombres, junto con un tercero que esperaba al volante del coche, desistieron de su propósito al aproximarse a ellos otros viandantes.
En su relato los describió como varones morenos, fuertes y con marcado acento del este de Europa. En el forcejeo la menor no sufrió ninguna lesión solamente tuvo que lamentar la fractura de la pantalla de su teléfono móvil que se le había caído al suelo.
Confesión ante sus padres
Ante estas declaraciones sobre unos hechos de tanta gravedad los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de Gijón comenzaron una investigación inspeccionando exhaustivamente el lugar descrito para recabar testimonios gráficos u oculares que pudieran aportar más datos sobre el vehículo utilizado y los hombres que iban en su interior.
Asimismo se volvió a citar a las víctimas para aclarar ciertos extremos de su testimonio y poner en común la secuencia temporal de este violento suceso. En esa ampliación de la denuncia, la madre de la menor expuso ante los agentes que todo lo relatado por su hija era mentira, que había inventado esta rocambolesca historia para evitar ser castigada por haber roto su teléfono móvil. La menor se mostró muy arrepentida por haber mentido, por haber convencido a su amigo para que mintiera con ella y haber iniciado los trámites de un procedimiento judicial.
Esta no es la primera vez que menores de edad denuncian un intento de secuestro en Gijón. En el mes de febrero del año pasado La Policía Nacional tuvo que emitir un comunicado para desmentir un bulo que se había extendido por WhatsApp y las redes sociales en el que se alertaba de la presencia en Gijón de una banda que viajaba en una furgoneta blanca dedicada a secuestrar niños para traficar con sus órganos.
La alarma social creció según se iba compartiendo el mensaje hasta el punto de crear un estado de «psicosis colectiva». Los teléfonos de emergencias de la comisaría de la ciudad habían recibido «un aluvión de llamadas» sobre la presencia de esta furgoneta en distintas calles de la ciudad. Incluso se interpusieron denuncias de menores que relataron su intento de secuestro por parte de este grupo criminal que resultaron ser una distorsión de los hechos creada por la sugestión.
En ese momento, la Policía Nacional lanzó un mensaje de tranquilidad solicitando a los ciudadanos prudencia y que no se fiaran de mensajes que no estuvieran avalados por fuentes oficiales. Ante esta nueva denuncia se reitera que se no se deben difundir mensajes de los que se desconoce el origen y formar parte de la cadena que ayuda a su propagación masiva y que, de forma viral, genera un temor innecesario y una alarma injustificada.
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