Marta reina en Poniente

La cantante Marta Sánchez llenó ayer la explanada de la playa de Poniente en el primero de los conciertos de la Semana Grande de Gijón. Miles de espectadores acompañaron a la artista en su regreso a los escenarios con la gira de presentación de '21 días', su nuevo disco. Entre el numeroso público había espectadores de todas las edades, con presencia de familias completas y muchos fans que la siguen desde sus comienzos en Olé Olé. A pesar de la amenaza de lluvia, nadie faltó a la cita. Y la cantante, rubia como una Targarian, volvió a reinar en Poniente.

La artista que ayer se presentaba 'Desesperada' pero puntual, a las once de la noche, con un largo vestido negro con transparencias y una chistera con plumas del mismo color, conserva de sus inicios en el mundo de la música la frescura y potencia de su voz. Su último trabajo, tras ocho años sin pisar un estudio, muestra en sus letras una imagen muy distinta de la Marta ingenua de sus primeros años. Títulos como 'Soy la que nunca se rinde' o 'Ahora mando yo', que cantó ya libre de la chistera para seguir con el concierto, son toda una declaración de intenciones sobre la imagen de mujer que intenta trasladar.

La cantante madrileña -hija de asturiano, el barítono Antonio Sánchez 'Campó'- tuvo un recuerdo para su padre, ya fallecido, al inicio del concierto. «Buenas noches, Gijón. En 2005 estuve en este escenario, en la ciudad de mi padre, un gran cantante de ópera. Ojalá tuviese yo su voz», dijo emocionada para seguir después desgranando una combinación de temas de su nuevo disco con clásicos de su carrera o canciones a las que ha puesto su reconocible sello, como el 'Lily Marlen'. Pidio disculpas al inicio ante posibles fallos «por una bronquitis», y el público reconoció el esfuerzo acompañándola en sus temas más conocidos -se guardó el 'Soy yo' como rúbrica- y aplaudiendo también los nuevos, en un recital que fue como un buen volador para el inicio de la Semana Grande.