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IVÁN VILLAR
Martes, 28 de julio 2015, 00:26
Tras las dos nubes de carbón procedentes de El Musel que sorprendieron el viernes y el domingo a los vecinos de la zona oeste y a los usuarios de las playas, en particular la de Poniente, la alcaldesa de la ciudad, Carmen Moriyón, mostró ayer su malestar ante unos hechos que consideró «de extrema gravedad» y que se suman «a otros tantos accidentes medioambientales» que no reciben una respuesta adecuada por parte del gobierno regional, competente en la materia. «Ya no confío en la actuación de otras administraciones como la Consejería de Medio Ambiente, que en el último año ha demostrado sobradamente su desentendimiento y su falta de operatividad».
La regidora lamentó que este tipo de incidencias se lleguen a asumir «como un fenómeno natural» y criticó la ausencia de consecuencias hacia sus responsables. «La máxima de que quien contamina paga no se cumple y el culpable es el Principado, que prefiere no ejercer sus competencias antes de molestar a determinadas industrias». Añadió que «confiaba en que el plan de calidad del aire aprobado en 2014 fuera un elemento útil para regular las actividades industriales, pero está visto que cuando surge cualquier accidente la Consejería se limita a abrir expedientes sancionadores que acaban en nada, dejando indefensa a la población y trasladando un mensaje de impunidad». Recordó que aunque el Ayuntamiento presentó alegaciones a ese documento que no fueron atendidas, «por lealtad quisimos darle un tiempo al Principado, y está claro que no vamos a esperar más».
Pero el gobierno regional no fue la única diana contra la que disparó ayer la alcaldesa. También hubo duras críticas hacia la Autoridad Portuaria de Gijón. «Es especialmente doloroso ver cómo aún no han tomado medidas para evitar las nubes de carbón sobre la ciudad. Había un plazo marcado para apantallar los acopios del puerto, pero transcurrido ese tiempo no sabemos ni siquiera si han empezado a tomar medidas. Demuestran una falta de rigor y de sensibilidad que no voy a tolerar».
Vecinos indefensos
Moriyón consideró que los barrios de la zona oeste «están indefensos» ante fenómenos como los que ocurrieron la semana pasada y recordó que en esta parte de la ciudad «la contaminación no solo se respira, sino que se palpa y se ve a la puerta de casa, en la acera y en el coche. Perjudica la salud y también a la calidad de vida de los vecinos». A los problemas que causan a los gijoneses, añadió además el impacto negativo que pueden tener estas nubes en la imagen exterior de la ciudad. «No voy a consentir que estemos trabajando para promocionar el turismo y lograr ser líderes de la 'España verde', y que después haya estos incumplimientos por parte de otras administraciones».
La alcaldesa aseguró no tener preferencia por una u otra solución para el problema concreto de El Musel, siempre que sea eficaz. «Me da exactamente igual que se usen tensoactivos -sustancias que dificultan la dispersión de las partículas- o que se pongan pantallas vegetales. No vamos a perder ni un minuto en decir cómo deben actuar. No es nuestro problema. Hagan lo que les dé la gana, pero que no vuele el carbón».
El Ayuntamiento sí va a ejercer «su potestad normativa y sancionadora». Moriyón anunció el refuerzo del área de Medio Ambiente con una nueva dirección de área -su creación fue aprobada por resolución de Alcaldía el pasado miércoles, antes del incidente de las nubes-, para la que se buscará «a una persona con alta cualificación técnica». Su primer cometido será elaborar «en tiempo récord» una nueva ordenanza municipal que regule las actividades potencialmente contaminantes que se realicen en el concejo y «castigue cuando no se cumpla, ya que no lo hacen los demás». Con la futura normativa, que Moriyón quiere que sea «lo más rigurosa que permita la ley», se pretende que el Ayuntamiento tenga capacidad, por ejemplo, para hacer inspecciones 'in situ' a las empresas «cuando lo consideremos oportuno». El gobierno local quiere evitar situaciones como «cuando Arcelor no dejó entrar a los bomberos de Gijón» y que «la Policía Local pueda tener acceso a la información de lo que está pasando en cada momento» cuando se den situaciones anómalas. «Se va a terminar eso de que aquí llegue un fax solo cuando al director de turno le parece».
La segunda columna en la que el Ayuntamiento pretende basar su respuesta ante los incumplimientos medioambientales es la puesta en marcha de una unidad especializada de la Policía Local que «será fedataria, mediante fotografías, registro y recogida de denuncias de los ciudadanos, de todos los incidentes que ocurran en el municipio», para elaborar un registro de incidencias medioambientales e imponer las sanciones correspondientes.
Empezará a funcionar en septiembre, constará de seis agentes y estará operativa las 24 horas del día. «Gijón ya no necesita planes ni diagnósticos. Necesita que se cumpla la ley», concluyó Moriyón.
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