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Dos policías sostienen el arma con el que se intentó disparar.
La pistola del octogenario no se disparó

La pistola del octogenario no se disparó

Entró al centro de salud de El Natahoyo y le falló el arma tras apuntarse en la boca

OLAYA SUÁREZ

Jueves, 30 de abril 2015, 00:37

La rutinaria tarde de ayer en el centro de salud de El Natahoyo quedó abruptamente interrumpida pasadas las siete cuando un octogenario se personó en la sala de espera del área de Urgencias, sacó una pistola, amenazó al personal sanitario, al apuntarle en silencio, y a continuación intentó quitarse la vida introduciendo el arma en la boca y disparándola. Un fallo mecánico abortó sus intenciones. El hombre realizó varias intentos apretando el gatillo, pero no detonó pese a tener munición.

Los trabajadores del centro sanitario alertaron rápidamente al 091. La cercanía con la Comisaría posibilitó que en apenas unos minutos se personasen hasta cinco dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes consiguieron reducirlo con rapidez. El hombre no tenía lesión física alguna, aunque según los testigos presentaba sus facultades mentales alteradas. Fue estabilizado por el personal médico e introducido en una UVI móvil para ser trasladado al Hospital de Cabueñes.

«Pasó todo muy rápido. Estábamos en la sala de espera y entró un hombre bastante mayor con el pelo blanco, sacó una pistola pequeña y primero nos apuntó y luego se la puso en la boca. Disparó, pero falló... Fue un gran susto, pero por suerte no pasó nada y estamos todos bien», relató una mujer que se encontraba en el área de Urgencias del ambulatorio cuando tuvo lugar el dramático episodio.

Recogida de huellas

El arma fue recogida de una esquina de la sala de espera como prueba por los agentes de la Brigada de Policía Científica, quienes inspeccionaron minuciosamente el espacio en busca de pruebas para aportar el informe que se remitirá al juzgado de guardia.

La presencia de numerosos policías en torno al centro de salud de El Natahoyo generó gran expectación en el vecindario, donde todo eran especulaciones acerca de lo sucedido. «Cada poco pasa algo, un día va a acabar en desgracia. Hace unos meses un paciente quiso pegar a un médico y casi lo consigue. Lo que tenían que hacer era aumentar la seguridad», lamentaba ayer por la tarde una vecina.

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