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OLAYA SUÁREZ
Lunes, 12 de enero 2015, 00:46
«La falta de medios en la Policía es un mal endémico, pero nos negamos a aceptarlo cuando es nuestra vida la que está en juego». Matías Castaño, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) de Asturias se muestra categórico a la hora de exigir que se les dote de las medidas de seguridad necesarias después de la muerte de dos policías en menos de un mes y medio en Vigo y Madrid, a lo que se suman los atentados del terrorismo islámico de Francia que han motivado el aumento del nivel de protección en España.
¿En la Comisaría hay chalecos antibalas para todos los agentes?
Ni mucho menos. Únicamente disponen de chalecos individuales internos los efectivos de Seguridad Ciudadana, pero el resto de Brigadas de Información, Extranjería, Judicial o Científica no lo tienen. Sólo está protegida el 40% de la plantilla. Se dan muchos casos de funcionarios que se compran sus propios chalecos y el coste aproximado de cada uno es de 600 euros. Pero no solo chalecos, también guantes anticorte y otras prendas, pero no nos podemos arriesgar porque al final es nuestra vida la que está en juego y el panorama actual es muy complicado, solo hay que mirar los informativos para darse cuenta.
Desde el Ministerio de Interior anunciaron hace semanas que habría chalecos para todos.
Es cierto que desde la muerte por arma de fuego de una compañera en Galicia han llegado más, pero aún así no están cubiertas ni la mitad de las necesidades. Es una cuestión lamentable, porque, es más, desde el SUP hemos solicitado que aprovechando la compra que realiza el Ministerio nos dejasen a los policías a título individual acceder a un chaleco, con reducción de coste pero pagándolo de cada bolsillo, pero también nos lo han denegado. Consideran que con los chalecos externos que tiene cada patrulla está solucionado pero son de talla única y encima muchos de ellos son de los años 90, por lo que dudamos de su efectividad.
¿Y el resto de material?
No hay ni botas. Se ha dado el caso de un policía uniformado al que se le ha pasado a agente de paisano porque se le rompieron las botas y no le pueden dar otras para el uniforme. Así que la solución que han tomado ha sido que deje de llevar el uniforme.
¿Qué opinión tiene el sindicato de la nueva Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana?
No aporta ni beneficios para los ciudadanos ni para los policías. Es una ley extemporánea y no había ninguna necesidad de aplicarla ahora. Hay muchos conceptos indeterminados e inconcretos dentro de la propia ley que van a provocar una inseguridad jurídica. Es una ley que debería tener el máximo consenso social y el máximo apoyo, pero a los sindicatos no se nos ha tenido en cuenta para nada y parece que solo suscita críticas
¿Cuáles son las motivaciones?
Cuando se puso en marcha parecía una ley en contra de las manifestaciones y los 'escraches', no sé cuál es la motivación, pero desde el punto de vista del policía, tampoco nos protege. No aporta autoridad al policía, se le aportaría dándole la misma definición que tienen los políticos, pero no con esta ley que parece que ha dejado a mucha gente insatisfecha.
¿Sale barato agredir a un policía?
Totalmente, necesitamos una protección. Estamos para velar por los derechos de los ciudadanos y muchas veces parece que tenemos menos derechos que el resto. A diario los agentes en la calle tienen que sufrir tortas, escupitajos, insultos... y todo eso sale muy barato para el que los provoca. En España vamos a los extremos. La soberanía popular reside en el pueblo y el pueblo tiene unos representantes, hay que buscar el término medio: ni que salga gratis insultar a un policía ni tampoco que haya una desproporción. No podemos servir de elementos de desahogo del ciudadano.
¿Hay desmotivación en el Cuerpo?
Seguimos siendo policías y sabemos cuál es nuestro deber, pero los que están por encima tienen que saber motivarnos, algo que en la Comisaría de Gijón no se está consiguiendo con los cambios de turnos que ha impuesto el comisario. Nos hemos encontrado con la desagradable sorpresa que de forma unilateral el jefe de la Comisaría ha desmontado los turnos para los agentes de las radiopatrullas para poner en marcha otro con el que no contenta a nadie. El denominado 'turno africano' que en Madrid están negociando para eliminarlo por está demostrado que no es productivo. El anterior turno se creó hace unos siete años para poder conciliar la vida familiar y laboral y funcionaba a la perfección, no entendemos por qué ahora lo hay que cambiar.
¿No ha sido consensuado?
Hay unas supuestas negociaciones en marcha, pero el comisario ha aplicado el cambio antes de llegar a un acuerdo. Cuando tomó posesión hace meses manifestó que quería que los policías viniesen a trabajar contentos y con este turno de trabajo (tarde, mañana, noche, saliente y libre) está demostrado que no lo están y tampoco están conciliando. Pedimos que el discurso de diálogo, consenso, motivación y conciliación se plasme en hechos. Con el turno que teníamos antes se redujo el absentismo laboral y se han mejorado las estadísticas.
Según esas estadísticas, en Gijón hay el mayor índice de esclarecimiento de delitos en España.
Hay unos funcionarios magníficos, excelentes policías que en el 90% de los casos son gente que tiene experiencia de una media de ocho o nueve años fuera. La gente llega a esta comisaría muy formada y con mucha experiencia, no es una comisaría de primer destino por la puntuación que se pide. Los compañeros de radiopatrullas se merecen lo máximo porque siempre han dado la talla y son los que se juegan la vida en la calle. Por ello queremos consenso, diálogo y trabajar por la motivación.
El hombre que la semana pasada empujó en Madrid a un policía a la vía del tren tenía nueve antecedentes. ¿El hecho de que los detenidos salgan del juzgado por la puerta de la calle influye a la hora de trabajar?
El policía es ciudadano y es cierto que hay un malestar generalizado porque a un delincuente se le detenga nueve veces y las nueve quede en libertad con cargos. ¿Cuánto tiene que esperar la sociedad para que se evite que una persona siga cometiendo delitos? Los jueces se atienen a la base jurídica, por lo que tienen que ser los políticos los que lo deben solucionar, pero no con macroleyes, sino leyes concretas.
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