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Rosendo Paniagua, en el entorno de la sede vecinal, en una imagen de 2013.
Fallece Rosendo Paniagua, presidente de la entidad vecinal Evaristo Valle

Fallece Rosendo Paniagua, presidente de la entidad vecinal Evaristo Valle

Residente en el barrio de Tremañes desde hacía 47 años, fue uno de los primeros en solicitar al Ayuntamiento la reforma del poblado de Inuesa

E. RODRÍGUEZ

Lunes, 5 de enero 2015, 00:13

Rosendo Paniagua del Pozo, 'Pani', presidente de la asociación de vecinos Evaristo Valle de Tremañes, falleció ayer a los 73 años. Se encontraba enfermo desde hacía tiempo, pero su compromiso social le llevó a seguir trabajando por el barrio hasta el final. «Fue un luchador», fueron las primeras palabras del párroco, Cándido Viñas, gran amigo suyo y compañero en la junta, nada más conocer su pérdida. Decenas de residentes se acercaron hasta el tanatorio de Cabueñes para transmitir el pésame a la familia y dar el último adiós a uno de sus vecinos más carismáticos: «Era muy buena persona».

'Pani' llevaba 47 años viviendo en el barrio. Oriundo de Fontanil de los Oteros, en la provincia de León, dejó el pueblo para labrarse un porvenir en Asturias, adonde llegó en 1967 y donde viven algunos de sus once hermanos. Fue metalúrgico. Como recordaba en una entrevista concedida a este periódico hace algunos meses, trabajó durante 20 años en Fundiciones La Nueva y otros 17 en Fundiciones Loredo. «Siempre fundiciones», decía divertido.

Cuando se jubiló, quiso contribuir a mejorar el barrio. Se incorporó a la asociación vecinal y desde hacía cuatro años era su presidente. «Se preocupó mucho por mejorar nuestra calidad de vida», dicen quienes mejor le conocían.

Reivindicó, así, la ampliación de las líneas de autobuses los fines de semana, el adecentamiento de infraestructuras y jardines (la creación de un parque en Lloreda para que los mayores hagan ejercicio le ha quedado pendiente); el derribo de la antigua sede social, e impulsó, como recordaban ayer, la rehabilitación de las 224 viviendas del poblado de Inuesa, cuyas obras el Ayuntamiento se ha comprometido a llevar a cabo.

La próxima licitación de las obras de estos catorce bloques de casas situados junto a la sede de la entidad vecinal, ubicada en la calle de Los Bolos, le llenaba de ilusión, pues, decía, «hay muchos problemas de humedad, ya que en las paredes faltan materiales. El frío, en invierno, se deja notar y mucho», al tiempo que advertía de que, además de mayores, también residen «personas con sillas de ruedas que lo tienen muy difícil para salir de casa».

También trabajó por mejorar las condiciones medioambientales del barrio. No en vano, hace solo unas semanas, la asociación reclamó al Ayuntamiento que dotara de personal cualificado y medios técnicos móviles a la Policía Local para poder «hacer mediciones medioambientales y poder así cursar las denuncias de los ciudadanos». En un escrito registrado en el Consistorio, exponía que, de esa forma, se podría contar con «datos reales de todos los escapes y vertidos realizados tanto por empresas como por particulares y que se producen sobre todo en horarios nocturnos».

En este aspecto fue muy reivindicativo con las emanaciones derivadas del arranque del horno 'B' de ArcelorMittal que, en 2013, afectaron a la chapa y pintura de decenas de vehículos en la zona. «Los coches se arreglan, pero ¿qué pasa con las personas? ¿Qué ocurre si enfermamos? Cada dos por tres mi mujer pasa un trapo por la ventana y me lo enseña. ¡Siempre acaba negro!».

Fiestas del Rosario

No obstante, también luchó por cuestiones más lúdicas, como la recuperación de las fiestas de la Virgen del Rosario que se celebran en octubre. «Hubo una comisión de festejos muy fuerte, pero, al final, terminó cansándose y lo dejó. Se paró y fue él quien volvió a levantarla», explicaba ayer Cándido Viñas.

En su casa era un hombre muy familiar, volcado con su mujer, Pilar Nieto; sus dos hijas, Pilar del Carmen y María Teresa, y sus dos nietos: Pablo, de 16 años, que juega al fútbol en el Manuel Rubio y por el que 'Pani' sentía «auténtica pasión», y la pequeña, Nuria, de 13. Uno de sus entretenimientos era jugar a las cartas. Después de comer le gustaba echar la partida en el bar La Moncloa o en El deporte. «En 24 años nunca lo vi enfadado», afirmaba ayer su yerno Benito Salinas.

El funeral de cuerpo presente tendrá lugar hoy, a las cuatro de la tarde, en la capilla de Lloreda, en Tremañes. Después, será trasladado al tanatorio de Cabueñes, donde sus restos mortales serán incinerados.

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