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LUCÍA RAMOS
Martes, 21 de octubre 2014, 00:39
Hace siglos, el cáncer de mama se curaba a base de hierro y fuego, con dudosos resultados. Afortunadamente, en las dos últimas décadas la investigación ha permitido desarrollar técnicas mucho más seguras y menos radicales. Técnicas que ayer explicaron los tres médicos especialistas invitados a la conferencia con la que la Asociación Contra el Cáncer en Asturias y el Ateneo Jovellanos cerraron una Semana Rosa que llevó la sensibilización y prevención de esta dolencia a todos los rincones de la región.
«Tradicionalmente, la cirugía era el pilar sobre el que se sustentaba el cáncer de mama», señaló la doctora de la Unidad de Patología Mamaria del HUCA Ana Llaneza. Una cirugía que, hasta hace unas décadas, implicaba la extirpación del tejido mamario completo, así como de los ganglios linfáticos de la axila. Por fortuna, apuntó Llaneza, técnicas como la mamografía, los tratamientos hormonales, la quimioterapia y la radioterapia permitieron la aparición de la llamada cirugía conservadora, mucho menos radical.
«El cáncer de mama es una enfermedad ordenada», señaló la doctora, quien explicó que, cuando viajan, sus células lo hacen a un ganglio de primer nivel, desde el que no pueden saltar a un tercero. «Ese primer ganglio es el que llamamos centinela», puntualizó. Utilizando tintes y técnicas de análisis, se puede descartar la extirpación innecesaria de los ganglios linfáticos, que en numerosas ocasiones no llegan a estar afectados. «Por este motivo, el tratamiento del cáncer de mama ha pasado de implicar sólo al cirujano a hacerlo con todo un equipo de profesionales en diferentes especialidades», apuntó.
Al evidente varapalo que supone el padecimiento de un cáncer, en el caso del de mama se suma la 'pérdida' de una parte de nuestra anatomía que puede llegar a afectar a la autoestima de los pacientes. Profesionales como el jefe de Cirugía Plástica del HUCA, Daniel Camporro, son los encargados de hacer que estas personas recuperen esa parte de su cuerpo que el cáncer les arrebató. «Las reconstrucciones mamarias, que pueden realizarse en el momento de la mastectomía o en intervenciones posteriores, pueden realizarse mediante la implantación de una prótesis, con tejido de la propia enferma o con una combinación de ambos», explicó Camporro. En Asturias, las más habituales, son las primeras, «aunque no necesariamente son las mejores, pues las autólogas -con tejido de la paciente- han demostrado ser menos costosas y más beneficiosas a largo plazo».
Para terminar, la doctora de Oncología Médica del Hospital de Cabueñes, Teresa Sampedro, explicó a los asistentes cómo los diferentes tratamientos disponibles ayudan a vencer o paliar el cáncer. Los últimos en llegar, señaló, son los fármacos antidiana. «Aún no lograron desbancar a la quimioterapia, pero lo ideal sería que en un futuro lo hiciesen, pues son menos agresivos», señaló.
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