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Pablo Rivero, el joven escritor gijonés . PALOMA UCHA
«Cuando me sale la mejor literatura es en estado de rabia»
PABLO RIVERO AUTOR DE 'LA BALADA DEL PITBULL', PRÓXIMA ENTREGA DE 'LAS NOVELAS DE GIJÓN' LA NOVELA

«Cuando me sale la mejor literatura es en estado de rabia»

El escritor gijonés revisa la obra que aborda «una desesperanza que no teme a la propia muerte»

ALBERTO PIQUERO

Viernes, 12 de diciembre 2008, 04:18

Fue un descubrimiento en 2002. Ese fue el año en el que Pablo Rivero (Gijón, 1972), quien todavía se resiste a autodenominarse escritor, «porque escritor es el que vive de su escritura», compareció en el panorama público con su primera obra, 'La balada del pitbull', una narración naturalista y furiosa. La recepción de lectores y críticos, que sólo algunas veces se ponen de acuerdo, fue indiscutiblemente favorable y hasta entusiasta. Pablo Rivero, que a la manera de Salinger huye de cualquier protagonismo como de la peste, confiesa que encuentra el mejor estado de ánimo para hilvanar páginas «cuando me siento rabioso». 'La balada del pitbull' será la cuarta entrega de 'Las novelas de Gijón', que este próximo domingo irá en compañía de EL COMERCIO.

-Seis años después de la primera edición, ¿qué recorrido ha tenido el libro y qué recuerdos tiene de la forma en que lo concibió?

-Surgió como un impulso. Tenía clara la historia y le había dado un montón de vueltas. Así que tras finalizarla fui a Ediciones Trea, que entonces estaba en El Coto, y pregunté si allí leían originales. No me hacía ninguna ilusión. Cuando Álvaro Díaz Huici me llamó para decirme que le interesaba, creí que era una broma. Fue una bendición. O que los astros estaban bien alineados. Le debo mucho a Álvaro. Y a Ruiz de la Peña, que también la acogió con una crítica excelente. Ambos me han enseñado cosas notables y me han presentado a gente digna de conocerse. La verdad es que el recorrido del libro ha tenido buena suerte.

-¿Y cómo contempla usted mismo la novela en la relectura actual?

-Mentiría si dijera que no me gusta. Es una rareza dentro de lo que escribo. Y me produce sentimientos encontrados, porque hoy me identifico más con la segunda novela que he publicado, 'Últimos ejemplares', aunque hay quien sigue prefiriendo 'La balada del pitbull'.

-¿Las afueras gijonesas son un escenario literario propicio?

-Entiendo que se asocie a Gijón, hay guiños indicativos. Aunque yo pretendí que pudiera representar el extrarradio de cualquier ciudad industrial.

-¿Los protagonistas son carne de su carne o el fruto de una observación atenta?

-No tuve una adolescencia marginal, ese no es mi hábitat natural. Pero sí mantuve en esa época mucho contacto con adolescentes así. Ahora soy profesor de Enseñanza Primaria y estudio Antropología, lo que tal vez contribuye a examinar comportamientos en circunstancias determinadas.

-Circunstancias extremas...

-Sí, en el límite del territorio. Me atrae el tipo que no tiene nada que perder, que además favorece una literatura con relieve. Por otra parte, cuando escribí la novela tenía un estado de ánimo con un poso de rabia que vertí en las páginas. Me viene bien escribir en estado de rabia, es cuando me sale la mejor literatura.

-¿Los suburbios son campo abonado para la violencia, tan profusa en la obra?

-Se hace más visible, pero la violencia está en todos los estratos sociales. En el barrio, es más primaria, aunque puede que también más sana. La violencia peligrosa es que la que se urde en silencio por parte de los poderosos.

-No obstante, los protagonistas de 'La balada del pitbull' practican una violencia carnicera, más que sana...

-Sí, hay momentos de una insensibilidad descorazonadora, en los que la violencia sólo se justifica por sí misma. Era necesario traslucir esa vertiente deshumanizada, porque no existe una moral de redención. Es la desesperanza vacía que no teme a la propia muerte.

-¿Y cuál es la raíz de esa desesperanza?

-Es el descubrimiento, en el paso de la niñez a la adolescencia, de que la vida no es inocente.

-¿Qué escritores le han orientado su itinerario narrativo?

-Sobre todo, los norteamericanos, Carver, Kerouac, Richard Ford, Poe, Faulkner... Entre los europeos, Sartre, Camus, Dostoievski... Y admiro a escritores asturianos actuales, como Salmón, Jesús del Campo y David González.

Relato de jóvenes marginales y violentos que removió las aguas literarias con un argumento y un estilo que parecían trazados a cuchillo

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