Una cantera de Burgos proveerá de piedra para el arreglo de columnas de El Fontán

La reconstrucción de la plaza de El Fontán arrancó entre críticas ciudadana y políticas, y a base del bolsillo de los dueños de las viviendas, en 1997. El estado de la zona era catastrófico, según recuerdan los vecinos, y el Ayuntamiento optó por una mejora integral. Al poco de inaugurar la plaza, el 7 de mayo de 1999, los propietarios se convirtieron en protagonistas de las denuncias al estar descontentos con el trabajo de la extinta empresa Martín y Cía. Actualmente, los pilares de al menos 45 columnas están dañados y apuntalados.

Una sentencia judicial obligó el pasado mayo a las aseguradoras de la sociedad a pagar su reparación, valorada en 81.000 euros. Terminaban así nueve años en continuo deterioro y dos años en busca de un acuerdo y de litigios.

Cuando todo parecía resuelto, los vecinos vieron este verano cómo la rehabilitación se podía complicar aún más. «Con la crisis económica, la cantera de Aguilar del Campoo (Palencia) quebró tras 50 años en el mercado», según explicó la presidenta de la comunidad de vecinos y abogada del caso, Ana Isabel Álvarez Balbín. La empresa familiar suministró en su día un tipo concreto de arenisca, con un grano y un color determinado. «Al final, encontramos otra cantera en Burgos, que es la que nos surtirá. Se buscó una piedra lo más parecido posible en resistencia y aspecto», comentó.

Al tiempo, la propiedad envió al Ayuntamiento el proyecto para su aprobación y le solicitó la licencia en julio. Entonces llegó otra sorpresa inesperada. La obra requiere el permiso de la Consejería de Cultura ya que, pese a la reforma integral, el edificio «está catalogado».

«En dos meses»

A causa de la tramitación, posiblemente las obras de reparación de los capiteles y fustes de El Fontán no arranquen hasta dentro de al menos dos meses. Aunque todo estaba preparado para iniciarlas antes. «Ya teníamos hasta los apuntalamientos concretos para hacer la obra y están en un almacén».

Además de esta mejora, la asociación ya planea otra: la limpieza de la plaza o un tratamiento antipinturas. Según comentó Balbín, el continuo uso de la plaza, los productos empleados para su limpieza y la sidra desgastan mucho el material.