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P. A. MÁRÍN ESTRADA
Domingo, 26 de febrero 2017, 10:46
Osos, lobos, jabalíes, a los que habría que añadir, en menor medida por los daños causados, raposos o corzos. El FAPAS (Fondo para la Protección de Animales Salvajes) es una entidad que se ha destacado especialmente por su crítica a las políticas del Principado en materia de conservación de la fauna autóctona. Su presidente, Roberto Hartasánchez, ve en el último asunto una de las consecuencias de una gestión que no duda en calificar de «fatalmente errónea» y asocia la legislación vigente sobre retirada de animales muertos con el aumento significativo de la presencia de lobos, jabalíes y osos en los entornos habitados: «En 2004, cuando comienza a aplicarse la directiva europea por el mal de las vacas locas en Asturias, se retiran menos de doscientos cadáveres y en los últimos dos años, alrededor de treinta mil anuales. Hay a la vez un incremento de los ataques de lobo: unos tres mil anuales, fruto sin ningún género de dudas de la ausencia de carroña en el monte y de la presión cinegética sobre sus presas naturales», explica. El propio FAPAS ha sido víctima de daños, concretamente del oso en una de las dos estaciones polinizadoras que mantiene en Santo Adriano de Tuñón y Teverga. Las cámaras de la entidad captaron el momento en el que a plena luz del día una hembra traspasa las vallas electrificadas de un colmenar -aprovechando un fallo en el suministro de energía- y destroza los panales para engullir las larvas de abeja en sus celdas. «Estos ataques no se producirían si el oso dispusiese de carroña en el monte, como ha sucedido durante miles de años», explica.
«El Principado es la única comunidad que mantiene las restricciones de 2004 en cuanto a no dejar cadáveres en el monte, y la empresa pública que gestiona la retirada de cadáveres no ha dejado nunca de obtener beneficios. Es como si no quisieran ver más allá de eso», apunta. Sus críticas no sólo se dirigen a la Administración, Roberto Hartasánchez responsabiliza a algunos ganaderos «que cobran ayudas comunitarias de la PAC por practicar una ganadería sostenible con el entorno y luego aparecen en los medios pidiendo medidas drásticas contra el lobo».
No cree que en los últimos años ha habido un aumento en la población de especies salvajes en Asturias: «Por citar el caso de los jabalíes, no sólo no hay más, sino que ha disminuido su población en las zonas donde tradicionalmente estaba. Se ha desplazado huyendo de la presión de la caza. En el caso de los lobos, nuestras cámaras detectan bastantes ejemplares con sarna, están debilitados y buscan presas fáciles en lugares donde no se exponen a muchos peligros», sostiene.
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