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Kiko Rivera y su prometida, Irene Rosales, con el hijo de su novio en brazos, salen del juzgado. ::
«¡Que está Paquirrín en el juzgado!»

«¡Que está Paquirrín en el juzgado!»

El hijo de Pantoja y su expareja Jessica Bueno se entrevistan con el Equipo Psicosocial judicial en su lucha por la custodia de su hijo

javier peñalba

Miércoles, 27 de mayo 2015, 05:01

Llegaron en torno las diez de la mañana y se marcharon pasadas las dos de la tarde. Kiko Rivera Pantoja y su excompañera Jessica Bueno comparecieron ayer en el Palacio de Justicia de San Sebastián, dentro del proceso abierto por la custodia del hijo de ambos. Rivera y Bueno mantuvieron sendas entrevistas con miembros del EquipoPsicosocial Judicial que debe pronunciarse sobre si lo idóneo para los intereses del menor es que se mantenga el modelo actual de custodia compartida, o bien se modifique.

La presencia de ambos en la sede judicial de la capital guipuzcoana se debe a que la tramitación es competencia de un juzgado de Eibar, de manera que el informe ha de ser emitido por el equipo de psicólogos de San Sebastián.

Bueno acudió acompañada por su actual pareja, Jota Peleteiro, exfutbolista del Eibar y que en la actualidad milita en el Brenford de la Segunda División inglesa. Kiko Rivera llegó con su prometida, Irene Rosales, con la que espera su segundo hijo.

La presencia de los cuatro, pero sobre todo la del hijo de Isabel Pantoja, no pasó inadvertida para nadie. Rivera fue reconocido en cuanto pisó la sede judicial de la plaza Teresa de Calcuta. «¡Oye, que está Paquirrín en los juzgados!», fue sin lugar a dudas la frase más repetida a lo largo de la mañana. Funcionarios, profesionales del mundo del Derecho y personas que por una causa u otra tenían ayer una cita con la Justicia, no pudieron reprimir el interés por verles. Algunos de ellos, con cierto disimulo eso sí, llegaron a congregarse junto a la máquina del café más cercana al lugar en el que se encontraban para observar a los protagonistas más de cerca. «Las dos mujeres son muy guapas, y el futbolista también, pero el hijo de Pantoja...».

La mañana estaba siendo entretenida. «Están los juzgados un tanto alterados con la presencia de estos dos personajes y sus respectivas parejas», explicó una funcionaria. La entrevista de los progenitores del menor con las psicólogas se prolongó hasta primera hora de la tarde.

Al término de la sesión, Kiko Rivera abandonó el palacio de justicia sin hacer declaraciones y con semblante serio. Con la mirada puesta en el suelo, caminó hasta el Chrysler que le aguardaba en el paseo Duque de Mandas.

Aun cuando Kiko y su novia salieron juntos por la puerta principal de los juzgados, Irene Rosales no tardó en desmarcarse unos metros de él y dejar que los objetivos se dirigiesen exclusivamente al hijo de la tonadillera. Irene llevaba en brazos al vástago de Kiko y Jessica. El acercamiento de varias cámaras al menor enfadó al padre que censuró a los medios gráficos por haber centrado el interés en el pequeño.

En la calle, algunos ciudadanos que acababan de tener conocimiento de la presencia del famoso, trataron también de hacerles algunas fotos. «Lástima no haber tenido un móvil con cámara incluida. Me hubiera hecho una con él», se lamentó uno.

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