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YOLANDA VEIGA
Sábado, 21 de marzo 2015, 00:48
El primero que le paró los pies a 'la Merkel' fue Macario, aquel paisano con boina y patas peludas que emigró con los españoles a trabajar a Alemania en los 70. «El muñeco era una crítica al trato que los alemanes daban a los extranjeros», reivindica José Luis Moreno (Madrid, 1947). Macario tenía un hermano mayor... y americano, Rockefeller. Y llegaría todavía un tercero, Monchito, «un Jaimito español». La familia creció con una 'hermanastra', doña Rogelia (la de Mari Carmen), una prima lejana, Daisy... Todos los muñecos los fabricó el padre de Moreno, que era también escultor y tenía un teatro de marionetas. Por cierto, se apellidaba Rodríguez. «Me lo cambié porque era difícil de pronunciar en francés y en alemán, y me quedé con el segundo, Moreno».
En Wikipedia aseguran que prohíbe que le pregunten por su etapa de ventrílocuo en las entrevistas. ¿Es verdad?
No pongo condiciones. Estoy orgullosísimo, los muñecos me abrieron puertas de medio mundo.
Las últimas se las ha encontrado abiertas de par en par. La 1 de TVE extiende esta noche a las diez 'La Alfombra Roja Palace', «un chute de alegría» con el que el empresario televisivo (tiene una productora, Miramon Mendi) quiere recuperar el espíritu -y el éxito- de los programas de variedades. Se declara detractor de la tele «que huele a pantufla y a puchero» pero sus críticos dicen de él que es el máximo representante de la caspa. «'La Alfombra Roja Palace' es una bocanada de aire fresco», promete Moreno.
TVE tiene poco presupuesto. ¿Ha sido un problema?
Ninguno. Tres horas y media de programa cuestan la quinta parte que cualquier serie.
¿Cuál ha sido la edad de oro, económicamente hablando?
Hace 10 años. Nosotros cobrábamos entre 500.000 y 600.000 euros por un programa así. Y ahora, prácticamente cinco veces menos.
¿Un programa mítico?
'Un dos tres', 'Cesta y puntos' y 'Anillos de oro', precursora de las grandísimas series de hoy. Podemos competir con cualquier televisión del mundo, se estan haciendo programas maravillosos y otros económicamente fantásticos pero que están haciendo daño a la moral de los jóvenes. Lo que les llega es: 'Yo me meto en este programa, que tengo abdominales bonitos'.
Sus sobrinos Alberto y Laura Caballero, se han hecho un nombre como artífices de 'Aquí no hay quien viva' y 'La que se avecina'.
Son la bomba. Tienen un tío un poco chalado y ellos han puesto muchas veces cordura en mi vida. Empezaron a hacer sketches conmigo de críos y ahora son una marca.
¿Su personaje favorito?
Estaba enamorado de Mariví Bilbao, aunque la creación que hizo Luis Merlo de dulzura y de hombría... Lo que mas me gustaba de 'Aquí no hay quien viva' es que era un mundo de perdedores que no perdían la esperanza. Estaba tan llena de ternura... Tenemos una propuesta para hacer el musical.
Sus 'Escenas de matrimonio' han alcanzado categoría de género propio, las 'matrimoniadas'.
(Risas) La pareja en una disarmonía armónica es lo mejor y eso en clave de humor es la bomba.
Lo han adaptado en EE UU. ¿Allí tienen tanta gracia?
¡Sí, por Dios! Nosotros les ayudamos a elegir las parejas.
José Luis Moreno se entiende con los americanos. Literalmente, porque habla inglés... y francés, y alemán, y portugués... «Domino trece idiomas, en nueve estoy titulado». Está acostumbrado al gesto de estupor del que escucha. «En 'Noche de fiesta' hablaba con artistas italianos, griegos... hasta suecos. Estos idiomas los he hablado en público, pero es mucho mas fácil decir: 'Eso es mentira'». ¿También fue médico, y cantante de ópera? También. «Estuve seis años trabajando en La Milagrosa, un magnífico hospital en la calle Modesto la Fuente, en Madrid. Mi especialidad es neurocirugía pero allí ejercí en medicina interna».
Ha sido de todo, hasta el malo en una película de 'Torrente'.
Santiago Segura y yo somos como hermanos. Inicialmente mi personaje iba a tener solo una frase pero Santiago me dijo: 'Eres el malo que yo soñé. Así que si no te importa...'. Fui feliz haciendo ese personaje, me divertí mucho. Santiago es muy buen amigo, estando a su lado siempre lo paso bien, ya sea rodando una película o jugando al tenis.
Usted se estrenó con Rockefeller
Era un momento difícil de mi juventud y le dije a mi padre: 'Hazme un bicho que tenga muy mala leche'. El muñeco me servía de psiquiatra y mi tío me metió en un local de Las Vegas, luego fui al programa de Ed Sullivan, que era como José María Íñigo aquí. Rockefeller empezó a ser un negocio. Conseguí un buen contrato en la tele alemana y nació Hans, que en España fue Macario.
¿Un hogar fuera de España?
Me siento feliz en Grecia.
¿Le gusta Varoufakis?
No, su talante no representa al griego medio. No le conozco y sería una frivolidad por mi parte opinar, pero esa sonrisa de medio sobrado que lleva cuando su país está pasando un momento tan difícil...
¿El personaje más interesante de España?
Yo haría una entrevista a cuatro bandas con políticos: Pablo, Mariano, Pedro y Albert. Sería precioso escuchar a este cuarteto con un moderador como Buruaga o Carlos Herrera. Pondría como travesura dentro de la entrevista a nuestra amiga Esperanza. La llaman 'Espe' los amigos.
¿Y usted cómo la llama?
La señora Esperanza Aguirre.
¿El presentador más solvente?
Tengo un cariño especial a Juan y Medio. El descontrol divertido de Bertín Osborne me encanta y antes me gustaba mucho Ramontxu.
Una indiscreción... ¿Es verdad que va regalando Rolex por ahí?
¡Uy, qué gracia! Eso le quitaría valor al regalo. Como si viniera alguien a cenar y dijera... ¡Oiga! ¿Y mi Rolex?
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