
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YOLANDA VEIGA
Martes, 5 de agosto 2014, 00:28
Hotel Vila Vita Parc, buenos días». «Con la habitación del señor Casillas por favor». Carlos (nombre ficticio) esperó a escuchar dos tonos y colgó. ¡Cazado! Unos días después '¡Hola!' despachaba la portada con las primeras vacaciones de Iker Casillas y Sara Carbonero con el pequeño Martín. Es el reportaje mejor pagado del verano: 60.000 euros por dieciséis fotografías. Las que hicieron Carlos y otros paparazzi. Él es el que hizo la llamada al hotel (1.025 euros por noche la suite familiar, de 80 metros cuadrados), después de haber probado antes con otros dos resort de súper lujo del Algarve.
Sabía que estaban allí porque se lo 'dijo' el propio Casillas cuando colgó en Instagram esa foto de Sara con el bebé en alto que ilustra la portada de este reportaje. «Les seguimos al aeropuerto pero se metieron en la sala premium y no supimos qué avión cogieron. Claro que a esa hora solo había tres: uno que iba a París, otro a Tenerife y otro a Portugal. Cuando vimos la foto de la playa en Instagram descartamos París y por el color del agua y de la arena supe que estaban en el Algarve». A la misma conclusión que él llegaron otros cinco paparazzi. Los seis les hicieron fotos y los seis se repartieron equitativamente los 60.000 euros que pagó '¡Hola!': «No es mal precio».
- ¿La revista habría pagado más de no haber colgado Casillas las fotos de su familia en la playa?
- No, habrían pagado lo mismo.
Desde hace dos o tres años, y este verano especialmente, los paparazzi se han encontrado una inesperada competencia, los propios famosos, que se hacen 'selfies' en la playa y los suben a internet. «Nos perjudica porque algunas revistas utilizan esas fotos y no pagan por las nuestras, pero también nos beneficia porque nos resulta más sencillo encontrarles. ¡Si algunos se dejan activado el geolocalizador de Instagram, que te dice el lugar exacto desde donde ha sido subida la foto! Ya no hacemos guardia en el hotel de Bustamante y de Paula Echevarría. ¿Para qué? Si en cuanto llegan a la playa cuelgan una foto y por el color de las hamacas sabemos dónde están». Las agencias de prensa tienen ya gente dedicada solo a rastrear las redes sociales. «El problema es que donde antes llegabas solo tú, ahora te encuentras a otros seis fotógrafos y hay que repartirse el dinero».
Casillas ha colgado en Instagram cinco fotos de sus vacaciones en la playa. La candasina Paula Echevarría más de veinte: su hija Daniella con las uñas pintadas, ella compartiendo un zumo de piña con su marido, vestidos de tiros largos para salir a cenar, con unos amigos en el yate... Ese álbum online lo ojean cada día cientos de personas, porque la actriz mantiene una media de 250 ó 300 comentarios por cada foto (hasta 415). 'Guapos', 'Disfrutad mucho', 'Qué majos sois, pareja', 'Ese biquini es precioso', 'Estas muy delgada'...
Echevarría y Bustamante son el ejemplo perfecto del famoso 'enganchado' a internet. Una auténtica fiebre para la que el psicoterapeuta y divulgador Luis Muiño tiene un diagnóstico claro: narcisismo. «Las redes fomentan el egocentrismo porque los famosos se han dado cuenta de que al colgar las fotos de sus momentos felices, de sus fiestas más divertidas, de sus hijos... tienen éxito social. Da igual que salgan haciendo una mueca, en dos horas van a tener ochocientos comentarios que les dicen que están muy guapos».
- No todos. Casillas y Bustamante llamaron «hijo de puta» a un internauta que les criticó.
- Desde fuera resulta evidente que si cuelgas una foto vas a tener alguna crítica o comentario de odio, sabemos que eso va a ocurrir. Pero a ellos la fama les obnubila hasta el punto de que se creen la única persona del mundo que no va a tener críticas. ¿Aceptan recibir 400 mensajes de amor y no esperan uno de odio? Y entonces reaccionan de manera visceral. No entro a juzgar si Casillas o Bustamante han respondido bien o mal, solo digo que el 95% de los famosos habría reaccionado igual. El gran problema de los famosos, desde Napoleón hasta Kennedy, es que les ha faltado autocrítica -argumenta Muiño-.
- Y a los que dejan cuatrocientos mensajes de amor, ¿qué les pasa, también están obnubilados?
- Kirk Douglas decía que cuando te haces famoso no eres tú el que cambia, que cambian los demás. Y es verdad porque el famoso hace una tontería y tiene a trescientas personas aplaudiéndole. A veces la motivación no nos la da nuestra vida, sino la vida de otros.
-¿Vivimos como éxitos propios los éxitos de los famosos?
- Lo hacemos continuamente con los hijos y no pasa nada. Cuando gana la selección española decimos: 'Hemos ganado'. Con esto ocurre igual. Bustamante pone una foto de la playa y tú la comentas y en cierto modo estás en la playa con él. Y si luego Bustamante te responde al comentario entonces ya eres parte del equipo, podrías decir: 'Bustamante y yo'. La sensación que eso proporciona es muy placentera, es la empatía llevada al extremo total.
Además de la cuestión del ego, esta fiebre por el autobombo online al que se han apuntado Bustamante, Casillas, Bisbal, Xabi Alonso, Jesús Vázquez... también hay otro asunto, menos emocional: el negocio. «Recibir muchos 'me gusta' hace crecer tu marca y tu valor», resume Andreas Schou, profesor danés, investigador y experto en redes sociales. Trabaja asesorando a empresas en cuestiones de marketing y a todos los clientes les da el mismo consejo: «Hay que humanizar la marca. Hay que mostrar a las personas que trabajan en la firma, como el anuncio ese donde salen los trabajadores, con nombres y apellidos, y te cuentan que han fabricado una lavadora o un congelador. Esa es la estrategia también de los restaurantes que enseñan la cocina al que va a comer».
Y la que están siguiendo los famosos en Instagram. «Que un cantante cuelgue una foto en el backstage le acerca a los seguidores, hace que sus fans aumenten su confianza». Cuando no existían las redes sociales, prosigue Schou, «los famosos limpiaban su imagen con un reportaje pactado con '¡Hola!' para parecer más cercanos y menos huidizos. Ahora les basta con subir las fotos de sus vacaciones». Si es con niños, mejor. «Desde el punto de vista del marketing que en la foto aparezcan bebés y animales de compañía siempre funciona. Una empresa aseguradora hizo un experimento: mostró una imagen de sus directivos y otra de esos mismos directivos con un perro. Se demostró que la imagen del perro creaba más emociones positivas».
Lo que les genera a los famosos emociones negativas es que los persigan los paparazzi. «Es un contrasentido. Bustamante y Paula han tenido broncas con los fotógrafos, es absurdo».
- ¿Y por qué se molestan?
- Porque quieren mostrar su punto de vista, la parte de su vida privada que ellos deciden. Lo que pretenden subiendo esas fotos a Instagram es controlar la imagen -resume la doctora en Estética y profesora italiana María Albérgamo-.
Así que nos enseñan una realidad 'fabricada', alerta Muiño. «Las redes sociales no mienten pero cuentan solo una parte de la verdad. Fomentan esa idea de que todo les va fenomenal».
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