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Pedro Luis Fernández, en su despacho.
«Los asturianos se merecen trabajo, no limosnas como el salario social»

«Los asturianos se merecen trabajo, no limosnas como el salario social»

«Los presupuestos cada año van más en contra de lo que propugnamos. Es un esperpento. Es muy frustrante. Si se nos llama y se nos pregunta, que sea para algo»

Noelia A. Erausquin

Domingo, 3 de enero 2016, 01:19

Llegó al cargo hace dos años, después de la turbulenta salida de su predecesor durante casi dos décadas, Severino García Vigón, y un profundo debate interno que amenazó con resquebrajar la organización. El presidente de la Federación Asturiana de Empresarios y también máximo responsable de GAM, Pedro Luis Fernández (Oviedo, 1965), afronta el ecuador de su mandato al frente de la patronal con la convicción de que este año marcará el fin de la crisis, pero también con cierto sentimiento de «frustración» al ver que el Ejecutivo regional hace oídos sordos a sus demandas.

-¿Con qué expectativas comienza 2016?

-Las perspectivas son buenas. En 2014 la crisis se estabilizó, aunque fuera agónicamente; en 2015 iniciamos la senda de la recuperación de forma leve, aunque clara, nítida y constante, y 2016 será un año muy importante si se logra consolidar todo esto y olvidarnos de la crisis. También será un año de retos. Sobre todo hay que generar empleo y de más calidad y para eso tenemos que ser competitivos.

-Sin embargo, el comportamiento del Principado no es igual al de la media nacional. Crece menos y las previsiones siguen colocando a la comunidad a la cola del país...

-Los primeros años de salida de la crisis no han sido positivos para Asturias. Sin embargo, hay buenos datos en las exportaciones, que están muy diversificadas en productos y destinos. Que estén tan bajos los tipos de interés, ya que estamos muy endeudados; la cotización del dólar o el precio del petróleo, del que somos muy dependientes, es una buena noticia y genera un buen entorno. No hay muchas disculpas para Asturias. Lo importante es que haya más empresas exportadoras y que aumente el consumo interno y eso se logra creando empleo estable y de calidad. Hay que conseguir que se pongan en marcha más empresas y que las que ya existen crezcan.

Además de tener más de 90.000 parados, Asturias se ve lastrada por la tasa de actividad más baja del país. ¿Tienen solución estos problemas?

Por un lado tenemos un problema coyuntural como es el paro, que además es un drama. Los que enarbolan lo social y no ayudan a solucionar esto deben planteárselo muy bien. Por otro, hay un tema estructural, que es la baja tasa de actividad y para la que son necesarias medidas a largo plazo. Además también debemos incorporar a la mujer, ya no solo al mundo laboral, sino al de la toma de decisiones. No podemos renunciar al 50% del talento. No tenemos recetas mágicas, pero hay que mentalizarse de lo que estamos perdiendo. Claro que esto no se puede hacer de la noche a la mañana. Hay que tomar partido y tener claro que en las zonas en las que hay una mayor tasa de actividad también se genera más empleo.

Fueron muy críticos con el proyecto de presupuestos consensuado por el PSOE e IU por su falta de inversión productiva. ¿Qué le parece que no haya salido adelante?

Para nosotros este asunto supone una gran frustración. Los asturianos se merecen oportunidades de trabajo para salir de la pobreza, no limosnas como el salario social. A base de dar ayudas de 400 euros cada vez se necesita una mayor recaudación. El dinero se va más por ahí y no a inversiones que permitan crear un entorno empresarial competitivo. El camino para preservar la pobreza y hacerla endémica es dar ayudas. El valor del esfuerzo no está en alza y es una tendencia reclamar dinero a papá Estado para que nos solucione la vida y rescate a todo el mundo, a los bancos quebrados, a los empresarios quebrados... Los recursos son escasos y para repartir la riqueza, hay que generarla.

¿Les piden opinión para confeccionar los presupuestos?

Los presupuestos cada año van más en contra de lo que propugnamos. Es un esperpento. Es muy frustrante. Si se nos llama y se nos pregunta, que sea para algo.

¿Y qué supone la prórroga presupuestaria?

Es un problema. No se puede disponer igual del dinero. Realmente, la prórroga es como no gobernar y eso lo hace cualquier funcionario. La obligación de unos señores que se han presentado a las elecciones y que han sido elegidos es que tengan capacidad de entenderse. Si no lo hacen, están incumpliendo con su mandato.

¿Qué piden al Gobierno regional?

Que cree un ambiente que, al menos, permita a las empresas competir en igualdad de condiciones y si luego es en mejores, ¡qué bien!, pero por lo menos, igualdad. Una tarifa eléctrica competitiva y estable, un marco fiscal... Eso es lo mínimo. Tiene que haber un marco que celebre el trabajo y el esfuerzo, en el que se pondere a las personas que asumen riesgos e incluso la posibilidad de perder su patrimonio para poner en marcha empresas y crear riqueza. Sin embargo, desprestigiamos el esfuerzo. No se trata tanto de ver cómo se reparte la riqueza, sino de crearla.

Y en este contexto comienzan a negociar una nueva concertación social. ¿Con qué perspectivas la abordan?

-Queremos colaborar. Es nuestra obligación y tenemos el compromiso de intentar mejorar a Asturias. Esperamos que nos escuchen y nos entiendan y, a la vez, intentar comprender el porqué de las cosas. Sin embargo, esto parece difícil. Tenemos la sensación de que no se nos ha escuchado.

Han denunciado grandes incumplimientos del anterior pacto social...

No se ha cumplido, sobre todo, lo que más afecta a la actividad empresarial y uno tiene hasta sospechas de la voluntad del Gobierno. Nuestra propuesta pasa por innovar, hacer las cosas diferentes, porque si seguimos haciendo lo mismo, con las mismas ideas y ritmos solo lograremos los resultados de siempre. Sabemos que no será fácil, pero queremos hacer una concertación distinta que enseñe a pescar y no regale peces.

Lograr una electricidad con un precio competitivo y estable es una de sus reclamaciones habituales. ¿No hay forma de solucionar este problema?

En España el coste eléctrico ya es más caro que en el resto de Europa y en Europa más caro que en América, pero competimos en el mismo mercado. Venimos de una estructura energética caótica en España. Si decidiste ser el país más ecológico del mundo hay que subvencionar el enorme coste de las renovables, pero esto tiene un coste muy alto que pagan los consumidores. Fue una moda, pero ir a la moda cuesta mucho.

Y a este precio se suma ahora el llamado 'euskopeaje', que favorece a la industria del País Vasco y de Navarra con una tarifa más baja...

El problema energético no afecta a todos por igual. En el Principado, por ejemplo, hay más compañías intensivas en electricidad, pero si además se nos pone en desventaja, resulta preocupante.

¿Ven motivaciones políticas, como aseguró el director general de Minería y Energía del Principado, Isaac Pola?

Uno tiene la tentación de pensar que es así. Sabemos que nuestro presidente es muy sensible a esto porque presidió la Comisión de Industria del Congreso y está tan preocupado como nosotros.

¿Cómo puede afectar a la industria asturiana la amenaza del acero barato chino?

Está claro que hay que competir. Ya no hay mercados de nadie. Afecta el acero chino, pero a cualquier empresario le afecta casi cualquier otra cosa que se fabrica en China. Es muy difícil levantarse todos los días y salir a vender, porque hay miles de empresas que quieren hacer lo mismo. Como asociación tenemos la obligación de propiciar un marco competitivo y estable, aunque claramente no hemos logrado nada.

¿Están preocupados por las consecuencias sobre las empresas que puedan tener las alertas por contaminación?

Es un tiempo de mucha información, pero como empresas tenemos la obligación de aprovechar los recursos naturales sin poner en peligro a las generaciones futuras.

¿Y los acuerdos de París, que obligarán a reducir las emisiones?

Existen muchos desequilibrios regionales. Los países que más están contaminando son los más reacios a asumir compromisos, pero también es cierto que los demás llevamos más años contaminando. Nosotros tenemos que asumir los costes para evitar contaminar, creo que no hay otra salida.

¿Aunque toque competir con empresas de países que no invierten en solucionar ese problema y pueden abaratar sus costes?

La corriente se va extendiendo por todo el mundo. Cada vez hay más sensibilidad y creo que todas las empresas acabarán intentando no contaminar, incluso las chinas.

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