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Los sindicatos de Arcelor temen que Ilva reste inversiones para Asturias

Los sindicatos de Arcelor temen que Ilva reste inversiones para Asturias

Hoy abordarán con la dirección de la compañía la posibilidad de que las autoridades europeas de competencia obliguen al grupo a deshacerse de algunas de sus plantas

AIDA COLLADO

Miércoles, 8 de marzo 2017, 04:43

El interés plasmado por ArcelorMittal en la oferta presentada el lunes para hacerse con el grupo siderúrgico italiano Ilva no ha pillado a la plantilla por sorpresa. Hace meses que la multinacional evidenció sus intenciones y, cuando quiere algo, no suele andarse con chiquitas. Así que marcó músculo como líder indiscutible del sector con una propuesta que difícilmente podrán igualar sus competidores en la puja y que incluye el compromiso de fabricar 9,5 millones de toneladas de productos acabados y de invertir unos 2.300 millones tras la compra. Eso no quiere decir que se haya garantizado la adjudicación porque, tal y como recuerdan los sindicatos desde las plantas asturianas, en el país transalpino parece haber cierto empeño en que Ilva continúe su andadura con capital italiano. Pero asumiendo la importante posibilidad de que Arcelor finalmente se haga con el grupo, los representantes de los trabajadores asturianos, que niegan rotundamente sentir miedo por las factorías de la región, no ocultan cierta «preocupación» y «recelo». Una de las razones salta a la vista: «Todo el dinero que se invierta en Ilva no se podrá invertir aquí».

No se trata únicamente de los millones de toneladas que Ilva pondrá en el mercado europeo del acero. Se trata, también, de su fuerte apuesta por la elaboración de productos acabados, que Arcelor quiere elevar hasta casi diez millones de toneladas. En la actualidad, Ilva produce en sus instalaciones de cabecera de forma integral -desde el inicio al final del proceso- cerca de seis millones de toneladas, lo que la obligará a importar materia prima para alcanzar esos diez millones de productos acabados fijados como objetivo. Eso quiere decir que Arcelor deberá transferir, en un primer momento, unos cuatro millones de desbastes y bobina caliente a la italiana, para que pueda consumar los compromisos de la multinacional. A medida que vaya cumpliendo con las condiciones ambientales que se le exigen, podrá incrementar su producción integral hasta los ocho millones y, así, reducir el material importado a dos millones de toneladas.

La plantilla de Arcelor en el Principado teme que esta gran apuesta por Ilva acabe restando inversiones a las plantas asturianas de productos acabados (chapa gruesa, hojalata, galvanizados...). Y, del mismo modo, les inquieta acabar convirtiéndose en un mero aportador de materia prima para Italia.

Además, los sindicatos se plantean otra realidad: introducir en el mercado más de 3,5 millones de toneladas -al incrementar la producción de Ilva de 5,8 a unos 9,5 millones- «puede conllevar el cierre de plantas».

Posibles cierres

Hoy mismo, los representantes de los trabajadores preguntarán a la empresa por sus planes en el caso de que las autoridades europeas de competencia la obliguen, si la compra llega a materializarse, a renunciar a algunas de sus factorías para evitar una posición de dominio. Las secciones sindicales de UGT y CC OO se encontrarán en la reunión del comité europeo con el máximo responsable de productos planos en Europa, Geert Van Poelvoorde, e intentarán obtener la mayor información posible sobre el proceso.

Por el momento, los sindicatos se muestran cautelosos ante la falta de más información y las declaraciones de la compañía, que el lunes aseguró que la actividad de Ilva es complementaria -no competencia- de la asturiana y que se centrará en introducir al gigante del acero en Italia y en su mercado natural de exportación, como es el Norte de África, por el que varios grupos automovilísticos están mostrando interés.

Creen que son otras factorías y no las asturianas las que pueden verse más afectadas por la compra, pero reconocen que, tal y como está la situación, «cualquier movimiento o reestructuración de la siderurgia europea asusta».

Por otra parte, gran parte de las inversiones planteadas para Ilva -1.100 de los 2.300 millones que recoge la oferta- servirán para corregir sus muchos fallos en materia medioambiental y para poder ponerla en marcha. Y, además, «todo apunta a que se trata de un plan a medio plazo y no a una inversión inmediata». Aún así, las comparaciones son odiosas: Arcelor invertirá en Asturias 300 millones en el periodo 2016-2017.

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