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DIANA DE MIGUEL
Viernes, 25 de septiembre 2015, 00:15
Las nuevas baterías de cok que ArcelorMittal pondrá en marcha en Gijón mejorarán el proceso siderúrgico de forma muy notable al suministrar un material de más calidad que favorecerá la productividad de la planta asturiana, que ha logrado superar las 1.000 toneladas/hombre por año por primera vez en la historia de la compañía.
Pero la puesta en marcha de la nueva instalación, para la que el gigante siderúrgico invertirá más de 100 millones de euros y que no alcanzará su plena producción hasta 2019, permitirá, además, importantes ahorros logísticos y de mantenimiento, sin olvidar la mejora medioambiental. Fuentes cercanas a la compañía estiman en 60 millones de euros el ahorro anual en costes que conllevará la instalación, que volverá a estar a pie de horno y se podrá amortizar en dos años.
Hay que tener en cuenta que desde que en 2013 la compañía clausuró las baterías de Gijón, el cok que alimenta los hornos altos se produce en las baterías de Avilés lo que obliga a un transporte continuo que encarece el proceso. Unas instalaciones que, por otro lado, se han quedado obsoletas a pesar de las inversiones que se han llevado a cabo en los últimos años, y que resultan insuficientes para cubrir el consumo de cok que demandan los hornos. La compañía asegura que a día de hoy no hay una decisión tomada sobre su futuro, pero parece difícil que vaya a optar por su remodelación integral para la que se estimó un coste de 90 millones de euros.
Todo dependerá en última instancia de la evolución futura del mercado del acero. De momento, el grupo considera que la producción de las nuevas baterías de Gijón, con capacidad para 1,1 millones de toneladas al año, sumada a la de las de Avilés, sin límite temporal para seguir funcionado, será suficiente para alimentar los hornos, cuya producción actual ronda los 4,4 millones de toneladas de arrabio al año. No obstante, dentro de su plan de eficiencia 2016-2018, ArcelorMittal prevé llegar a producir en Asturias cinco millones de toneladas de acero líquido al año.
Primeras paradas
Directivos y trabajadores de la planta asturiana trabajan ya contrarreloj para preparar las paradas de instalaciones a las que obligarán las reformas anunciadas en la acería, el tren de carril y las baterías de Gijón sin afectar a la producción. La idea con la que trabaja el grupo, según los sindicatos, es acometer paradas breves, nunca superiores al mes, y repartirlas a lo largo de los dos próximos años. De forma paralela, la compañía preparará stocks de todos sus productos. La primera parada se llevará a cabo en diciembre y permitirá poner en marcha la reforma de la acería y del tren de carril, que se adecuará para la fabricación de un producto más largo, de 108 metros en vez de los 90 actuales.
Los detalles técnicos de la reconstrucción de las baterías de Gijón todavía se desconocen. Tampoco se ha concretado la tecnología que se utilizará finalmente, aunque dos compañías alemanas, Thyssen y Paul Werth, son las que a día de hoy cuentan con más posibilidades de hacerse con el jugoso contrato. El proyecto originario se adjudicó a la empresa de ingeniería polaca Koksoprojekt BP que ahora no estaría tan bien posicionada e, incluso, descartada, según algunas fuentes.
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