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OCTAVIO VILLA
Miércoles, 18 de junio 2014, 00:33
Una eufórica asamblea de los trabajadores de Tenneco en Gijón aceptó a las dos y cuarto de la tarde de ayer el preacuerdo adoptado por la mañana entre la dirección de la empresa y el comité, que supone una sustancial mejora respecto a los postulados que venía manteniendo la empresa. 162 votos a favor, 4 en contra y 4 abstenciones sirvieron para ratificar un preacuerdo que se convertirá en un pacto sellado mañana, en una nueva cita en la sede del Idepa.
Finalmente, serán 129 trabajadores (salvo bajas o traslados voluntarios) los que en el plazo aproximado de tres semanas retomarán la actividad, con el objetivo inicial de fabricar 800.000 amortiguadores y 1.700.000 ejes anuales, aunque la plantilla se mostraba ayer esperanzada en que se puedan alcanzar el doble de amortiguadores y sea necesario ampliar el número de contratados. Para ello, la factoría gijonesa, de la que Tenneco se llevará parte de la maquinaria, será preparada por técnicos de la compañía ajenos a la plantilla gijonesa, con el objetivo de reabrirla a la producción en el plazo «de unos veinte días», según los miembros del comité de empresa.
El preacuerdo mejora sustancialmente lo que ofrecía la empresa hasta el mismo lunes en cuanto a las condiciones de prejubilación. En la última reunión apenas se habían avanzado tres puntos porcentuales en la cobertura de las retribuciones de los trabajadores nacidos entre 1953 y 1959, del 70% al 73%. El comité se plantó el lunes en el 90%, y el director de la planta, Agustín Arrieta, les planteó que tendría que consultar con la dirección internacional de la empresa, en Estados Unidos. Ayer, los trabajadores de Gijón tuvieron la satisfacción moral de que Arrieta, en el que a lo largo de los últimos nueve meses se personificó buena parte de los peores postulados de la empresa, les anunciase que sí se admitía esa condición.
En todo caso, el acuerdo sobre prejubilaciones solventa la situación de los trabajadores de más edad. De hecho, a los empleados beneficiarios de este acuerdo la empresa les añade un beneficio adicional, al hacerse cargo de las aportaciones a la Seguridad Social para aquellos que no hayan cumplido los 35 años de cotización, de modo que puedan acceder a los máximos de jubilación.
Con ello, se solucionan las situaciones personales de estos trabajadores, pero la empresa también consigue parcialmente su objetivo inicial, que era una reducción sustancial de la plantilla, si no lograba el cierre de la factoría gijonesa.
Porque la única opción de que la fábrica de Gijón recupere en cierta medida las dimensiones de su plantilla (221 trabajadores cuando comenzó el conflicto) pasaría por un incremento sustancial de los objetivos de producción pactados ayer entre la empresa y el comité.
La maquinaria a retener
Por ello, la actitud de la plantilla desde el primer momento del conflicto, cuando ocupó la factoría para impedir el traslado de la maquinaria a otros centros, se ha demostrado, a la postre, como uno de los puntales fundamentales para forzar el actual acuerdo y avalar la continuidad de la producción. Y ello, además, con respaldo judicial.
El preacuerdo, pese al «dolor de desprendernos de algún equipo», como la línea de montaje 3B, según reconoció Isaac Pérez, de la CSI, supone que la línea de montaje 3A se quedará en Gijón, asegurando una capacidad de entre 1,5 y 1,6 millones de amortiguadores anuales. Esta línea fue elegida por el comité «porque es más versátil y da menos problemas». En cuanto a las cuatro líneas robotizadas de soldadura, se irán de Gijón dos, en lugar de las tres que pretendía la empresa, asegurando una capacidad de hasta 2 millones de amortiguadores. Además, también se queda una línea no robotizada. Por otro lado, Gijón se queda con la distribución de muelles para el montaje en otras factorías, por lo que «los pulpos y la línea de estuchado también se queda en Gijón», explicó Pérez a la asamblea.
Por su parte, la empresa impuso la condición de que, para poder poner en marcha la factoría, la totalidad de los trabajadores depongan el encierro (lo harán en cuanto se firme el acuerdo, mañana) y no acudan al centro de trabajo hasta que «las personas designadas por Tenneco» preparen la factoría para la reapertura. Fuentes de la plantilla estiman que esos trabajos no deberían ser prolongados, porque los propios trabajadores mantuvieron siempre las máquinas en orden de funcionamiento.
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