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Cristóbal, uno de los hijos de José María Figaredo, y uno de sus nietos reciben el pésame en el tanatorio de Los Arenales.
Luto por el último representante          de una estirpe empresarial asturiana

Luto por el último representante de una estirpe empresarial asturiana

N. A. E. / D. L. / R. A.

Jueves, 5 de enero 2017, 04:29

Pocas veces un tanatorio se queda tan pequeño como ayer lo hizo el de Los Arenales de Oviedo. Ni la sala diez, en la que se instaló la capilla ardiente, ni el resto de las instalaciones daban cabida a todos aquellos que quisieron acercarse para dar el pésame por la muerte de José María Figaredo Sela, uno de los últimos integrantes de una generación que protagonizó durante todo el siglo XX el desarrollo económico de la región en sectores tan diversos como el hullero, el siderúrgico, el naval o el financiero. Su muerte reunió ayer a su extensa familia, pero también a amigos y representantes del mundo empresarial, como Manuel Cosmen, Rufino y Miguel Orejas o Fernando Fernández-Kelly, así como el oftalmólogo Luis Fernández-Vega o el ex director general del FMI, Rodrigo Rato, uno de sus sobrinos.

Figaredo Sela murió el martes a los 93 años de edad, después de una larga trayectoria relacionada con la minería, pero también con otras actividades económicas. Sus familiares se mostraban consternados por el dolor, pero también se congratulaban por su larga vida, caracterizada por su sentido del humor y su optimismo, y de la que pudo disfrutar en plenas facultades prácticamente hasta el final. De hecho, a pesar de su discreción, solía presumir de sus gestas deportivas, incluso superados los noventa años.

Hijo de Vicente Figaredo Herrero, propietario de Minas de Figaredo, su vida estuvo ligada al carbón. Como su padre estudió Ingeniería de Minas y, al acabar, se incorporó a la empresa familiar. Noticioso fue su secuestro durante diez horas por parte de cuatro mineros, que lo encaramaron al castillete del pozo en contra de su voluntad en 1978. Con la venta de la explotación, trabajó como ingeniero del Estado y estuvo ligado a distintas empresas, entre otras, Turitrans, Vagones Frigoríficos de Renfe, Carbones de Tenerife, Minas de Villabona y Proina.

La unidad de los Figaredo, más allá de en otras reuniones, volvió a quedar ayer demostrada en el tanatorio, al que acudieron hijos, nietos, primos y sobrinos, una multitud si se tiene en cuenta que Figaredo Sela provenía de una familia de siete hermanos, todos ya fallecidos, entre ellos Inocencio, que fue consejero en Banesto, o Vicente, impulsor de la construcción naval en Gijón. A su vez, él tuvo nueve hijos junto a su esposa, Milagro Rodrigáñez, que le dieron una veintena de nietos. Así, ayer, Los Arenales se convirtió también en un encuentro de las distintas generaciones.

El funeral se celebrará hoy, a las doce del mediodía, en la basílica de San Juan El Real, de Oviedo.

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