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TENIS

Victoria épica de Nadal al borde de la extenuación

MIGUEL LUENGO

Jueves, 22 de enero 2015, 00:18

Rafael Nadal sacó ayer adelante un partido agónico, a la desesperada y casi sin fuerzas después de cuatro horas y 12 minutos de angustia, con mareos, deshidratación y calambres incluidos, y venció con un esfuerzo sobrehumano al estadounidense Tim Smyczek por 6-2, 3-6, 6-7 (2), 6-3 y 7-5, para ganar la tercera ronda del Abierto de Australia.

«Una noche muy dura», dijo Nadal sobre la pista, quien aprovechó la oportunidad para calificar a su rival de «caballero por lo que ha hecho al final, algo que no todo el mundo hace con 6-5 en el quinto set», al referirse a la repetición de primer saque que Smyczek le concedió tras el murmullo del público que había desconcertado a Rafa.

«Ha sido un problema gástrico. He tenido malas sensaciones y deshidratación al finalizar el primer set, y algunos calambres. Estuve cerca del desmayo», explicó. «Esta humedad me ha pasado factura. Estaba muy cansado, he tratado de mantener la mejor actitud, pero es algo lógico, porque no estoy perfecto después de estar tanto tiempo fuera del circuito», añadió.

Smyczek parecía el rival perfecto para que Nadal se rodase. Situado en el puesto 112 del mundo, procedente de la fase previa, sin título alguno, pero sí más acostumbrado a la lucha en estas pistas este año, con tres victorias en la fase de clasificación y la primera en el cuadro principal, y que había asegurado que si no tuviera la más mínima oportunidad de ganar, no saltaría a la pista. Y su predicción estuvo a punto de cumplirse, porque aunque nunca en su vida había ganado a un rival entre los diez primeros y el hecho de jugar contra Nadal independientemente del resultado, era ya un gran regalo, el de Milwaukee estuvo muy cerca.

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