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Rossi revienta la fiesta del Mundial

Valentino llega con siete puntos de ventaja a Valencia, aunque saldrá último por sanción y amenaza con no correr

BORJA GONZÁLEZ

Lunes, 26 de octubre 2015, 00:41

MotoGP explotó en Sepang, una detonación de esas que ha dejado muchos daños colaterales. Desde el jueves se respiraba un ambiente extraño en el penúltimo Gran Premio de la temporada, decisivo en un Mundial que se ha ido desarrollando desde una competitividad máxima entre Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, con la influencia de factores meteorológicos, y de otras estrellas como Marc Márquez o Dani Pedrosa. En ese día Rossi decidió apuntar a Márquez y que se centró en la manera de correr del piloto español en la prueba australiana. Una interpretación de lo visto allí que arrancó un carrusel de declaraciones.

El astro italiano puso en el foco al astro español, que interpretó esta andanada como una manera de colocarle en el centro de la diana. A esto contestó con un inocente 'yo no quiero estar en medio de nada, él me ha intentado meter de nuevo en el campeonato'. Lorenzo, desde fuera, aprovechó para señalar a su compañero de equipo y trató de relacionar sus declaraciones con la asunción de su debilidad, con el hecho de ser más lento que sus jóvenes adversarios.

El sábado, el mallorquín tuvo un mal día, algo que Rossi aprovechó para colocarse mejor en la parrilla. Todos los ingredientes estaban puestos sobre la mesa para una carrera que pretendía ser algo parecido a la maravilla vivida en Phillip Island una semana antes. Pero no, la carrera de leyenda de Australia tuvo su respuesta en otra carrera histórica, aunque con un poso muy negativo... Fue un final abrupto tras una pelea tensa y extraña entre el italiano y Márquez que puso patas arriba el campeonato. En realidad, lo sucedido en la carrera quedó minimizado por lo sucedido entre las vueltas cuatro y seis, con catorce adelantamientos y con un decimoquinto en el que llegó la tragedia.

Dani Pedrosa confirmó su poderío con un triunfo incuestionable. Tras él, cruzó la meta Lorenzo, que firmó un resultado de oro en su pelea por el título. Aunque la cara del mallorquín dejó de expresar satisfacción una vez que se percató de lo que había sucedido por detrás...

Y es que por detrás la guerra Rossi-Márquez larvada desde principio de año, y puesta en escena por el italiano en la previa al Gran Premio, estalló con una virulencia inesperada. Después de que Lorenzo pasase a Márquez en la tercera vuelta, tras una regular salida, el foco de atención se puso enseguida sobre Márquez y Rossi. Y el duelo cumplió con todas las expectativas, pero en negativo. En esas dos vueltas juntos quedó la sensación de que no estaba en juego el tercer puesto, más bien era un ajuste de cuentas mientras Lorenzo iba ampliando su ventaja.

Ninguno buscó ponerse delante para tirar, cada adelantamiento era respondido por otro adelantamiento, eso sí, inmediato pero limpio. Márquez argumentó posteriormente la imposibilidad de rodar más rápido, Rossi que era su rival el que no le dejaba tirar hacia delante a por Lorenzo, algo que después no demostró cuando se quedó solo en el tercer puesto. Y se quedó solo porque se buscó con el español en una refriega con tintes barriobajeros. Llegados a un punto, la curva 14 de la vuelta siete, la Yamaha fue abriendo la trayectoria poco a poco, bajando alarmantemente la velocidad, con la Honda por fuera invitada a acercarse a la línea exterior de ese giro; una escena a cámara lenta que reventó con el movimiento de la pierna izquierda de Rossi que impactó en la mano derecha de Márquez, la del freno, y que provocó la caída del campeón. Fin de la historia. Y fin del Mundial más apasionante de los últimos años.

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