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Colpisa
Lunes, 27 de febrero 2017, 12:33
Gil Manzano sigue siendo el protagonista del partido entre el Villarreal y el Real Madrid. El colegiado, que concedió como penalti una mano de Bruno Soriano, que significó el segundo gol del Real Madrid, fue el centro de las críticas de los aficionados del estadio de La Cerámica, que gritaron el típico así gana el Madrid y de Fran Escribá, que terminó expulsado por protestar de forma airada al decisión del colegiado.
Tras el partido, el presidente del Villarreal, Fernando Roig, aseguró que "Gil Manzano y sus asistentes" habían salido del estadio "con bolsas del Real Madrid. Eso no está bien, me parece a mí". Realmente ninguno de ellos las llevaban visibles, ya que los detalles de cortesía estaban dentro de sus maletas.
Era Fernandez Marin, delegado arbitral y habitual desde hace muchos años en el Estadio de la Cerámica, quien la llevaba y al que se refería Roig.
Las protestas por su arbitraje no terminaron con el pitido final y cuando llegó a su coche para marcharse a su domicilio, el colegiado se encontró un regalito. Según un anexo al acta rellenado por Gil Manzano, alguien les dejó en el parabrisas del coche una nota que rezaba Ladrones. Un hecho que se llevó a cabo en una zona privada del estadio del Villarreal y que cuenta con videovigilancia.
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