«García es un 'personajazo' inabarcable»

De aquel pequeño José María García que se escondía tras las puertas de su casa en Madrid, porque añoraba Asturias, hasta el locutor batallador que no dejaba títere con cabeza. Esa imagen, descrita por su gente más próxima y también por sus enemigos, se ve reflejada en el libro 'Buenas noches y saludos cordiales', que hoy se presenta en Gijón. Su autor, el periodista Vicente Ferrer (Valencia, 1964), repasa con EL COMERCIO algunas anécdotas de la vida del propio protagonista de esta biografía.

José María García siempre afirma sentirse asturiano. ¿Usted sabe si él es del Sporting o del Oviedo?

Se lo pregunto en el libro y no se moja. Confiesa que es del Real Madrid, pero no elige entre uno u otro de los equipos asturianos. Dice que tiene mucho cariño a los dos. No tengo datos objetivos para afirmarlo, pero me da en la nariz que tiene más amistades en el Sporting. García vivió intensamente dos hechos: primero, el secuestro de Quini, del que hizo una cobertura excepcional, y también porque su mejor etapa en la radio coincidió con el gran Sporting en Primera.

¿Cómo vivió José María García el secuestro de Quini?

Con guardias de 24 horas en un restaurante de Barcelona al que Quini solía ir y donde tenía amistades. El equipo de García, por orden suya, montaba guardias de 24 horas. No dormían esperando a que hubiera alguna noticia o novedad. García estuvo muy encima del hecho, que al final tuvo final feliz. Eso le hizo sentirse aliviado porque aprecia mucho a Quini.

¿Qué tal acogida está teniendo 'Buenas noches y saludos cordiales'?

Buenísima. Para mí y para toda una generación, todavía existe un gran recuerdo de García. Fui ambicioso a la hora de recoger testimonios. Una vez publicado todavía me llamaba gente para darme más detalles, así que todavía se podrían escribir más anécdotas de él, porque es un 'personajazo' inabarcable.

Se citó con García hasta en cinco ocasiones para entrevistarle, pero no era tarea sencilla.

Le llamas y siempre tiene cosas que hacer, pero también creo que me quería poner a prueba, para ver si yo tenía verdadero interés en escribirle una biografía. En alguna ocasión me tocó llamarle como 20 o 25 veces, para después hacer la entrevista dos meses después.

Una premisa para escribir el libro era la de no hacerle la pelota.

Sí. Traté de hacerlo de la manera más honrada posible. Era una biografía y no quería escribir un libro para mayor gloria de nadie. Las buenas biografías son las que tratan de retratar al personaje, pero no hacer una panegírico con el que la gente viese lo grande que ha sido. Quería que la gente viera lo bueno y lo menos bueno.

¿Hacen falta más 'Garcías' en el periodismo español, o por el contrario sobran imitadores?

Imitadores tuvo en su momento, pero creo que le van quedando pocos. Hace falta el tipo de periodismo que él abanderó. La radio deportiva, con García, tenía una carga de denuncia tremenda, y esa carga se ha perdido. Ahora los programas de radio son amenos, pero no hay investigación. De los chanchullos no nos enteramos, ni del precio real de los fichajes, la supuesta compra de partidos y la venta de los clubes a grandes empresarios asiáticos, por ejemplo. No nos estamos enterando de muchas cosas de las que, que con García, estaríamos al tanto.

Si José María García desvelase todo lo que conoce, ¿surgirían nuevos bombazos como los recientes de 'Football Leaks'?

No diría tanto, pero él sí manejaba, y maneja, información. Es una persona que tiene muy buenos contactos, tiene un olfato periodístico tremendo y sabe qué teclas tocar para obtener información. Seguro que con García nos enteraríamos de muchas cosas que están ocurriendo ahora.