Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER BARRIO
Miércoles, 27 de agosto 2014, 00:25
Habla 'El Brujo' y se hace el silencio del alboroto. Enrique Castro, 'Quini', inspirador e icono de los premios que llevan su nombre y que ya cuentan con siete años de vida, rasga el áspero telón de la rivalidad. Siempre con las palabras adecuadas: «Aquí se habla en asturiano. Los premios Quini son para todos los asturianos y no hay colores para recoger estos trofeos», señala en una declaración que, de inmediato, evoca el agrio conflicto Sporting-Oviedo. «Los asturianos tenemos que querernos un poco más», añade el legendario delantero. Y, ahí sí, dentro del área, remata con elegancia la jugada con un deseo: «Que suba el Oviedo, pero que no nos coja porque subamos nosotros a Primera».
El público, entregado, rompe a aplaudir ante la sonrisa cómplice de David Villa, principal culpable de tanta congregación en torno a los premios que cada año reconocen el gol, la máxima expresión del fútbol, organizados por la Federación de Peñas Sportinguistas y que cuentan con la colaboración de EL COMERCIO.
Solo se echa de menos en la velada que tiene lugar en La Carbayera de Granda a Stefan Scepovic, quien tendría que acudir en calidad de máximo goleador del Sporting, aunque aguarda en su domicilio el desarrollo de las negociaciones para la resolución de su futuro. El enésimo culebrón del verano sobre su situación, aunque ya parece definitivo. Su inminente traspaso al Celtic de Glasgow ha alterado su agenda. En su lugar, el meta Alberto García recoge el galardón del serbio.
«De los errores se aprende más que de las victorias», ironiza 'El Brujo' antes de pedir perdón al auditorio por una tarde pasada por agua. La lluvia no da tregua y la carpa o cualquier ubicación en la que protegerse de ella elevan su cotización por momentos. Continúa la broma Quini con su proverbial sentido del humor: «La previsión era que lloviera, pero Pepín (José María Suárez Braña, presidente de la Federación de Peñas) no me hizo caso». 'El Brujo' pone la magia y 'El Guaje', un futbolista de récord, genera la expectación y acapara todas las miradas de los presentes. Desde que toma tierra, con permiso de Quini, protagonista indiscutible. «Es un honor recoger un premio que lleva el nombre del mejor delantero de la historia de nuestro fútbol», asegura el langreano, mientras sostiene el trofeo con sus manos, diseñado por Alberto Estrada. Villa ha sido invitado a hablar ante la gente a través del grito de guerra que tantas veces ha escuchado desde la grada. «¡Illa, illa, illa, Villa maravilla!», corea el público.
Antes de eso, llega puntual a La Carbayera. Le acompaña 'Blin', también exfutbolista del Sporting. Y también se deja ver por ahí Isma Piñera, otro de sus amigos. Decenas de personas se apelotonan delante de la entrada al restaurante. Faltan Jandro, el propio Scepovic y Álex Arias, los otros futbolistas profesionales galardonados con el premio.
El futbolista de Tuilla provoca un aluvión de peticiones de autógrafos y fotografías cuando la lluvia comienza a arreciar. Tanto que tarda unos veinte minutos en acceder al interior de La Carbayera. Entre firma y firma, pasa por su lado Abelardo, que no le puede ver entre la multitud, y Mejuto González, con el que se funde en un cariñoso abrazo.
Ya en el interior, con 'El Guaje' ubicado en su asiento, José Ramón Tuero, director general de Deportes, recuerda que «los premios Quini son la fiesta del fútbol asturiano». Añade la alcaldesa Carmen Moriyón, con la mirada puesta en los 16 ganadores del trofeo, que «os admiramos porque sois un ejemplo y se os reconoce». Y concluye Ángel González, subdirector de EL COMERCIO, sobre la esencia de los trofeos Quini, que «la falta de gol en un partido es como una primavera sin flores».
Las dos anécdotas
Hay dos momentos anecdóticos en la jornada. Uno, cuando José Luis Rubiera, jefe de Prensa del Sporting, pasa el micrófono de forma improvisada a Paloma, del Gijón Femenino, quien tiene previsto retirarse de la práctica del fútbol. Pero, entre los nervios y la emoción, la jugadora aprovecha la circunstancia para mandar un mensaje reivindicativo: «El fútbol no es solo masculino, femenino también». Con cara de pícaro, Diego López, el máximo goleador de los equipos de Mareo y el benjamín de la velada, también desata la sonrisa del personal, pero por otros motivos. «Estoy muy agradecido al club por el trato que me ha dado durante este tiempo», afirma. Un discurso más propio de un profesional que de un niño. El de un futuro goleador.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.