Los nuevos 'tróspidos'

Cupido va a tener que sudar mucho esta vez para emparejar a los cinco nuevos concursantes de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'. Y es que la combinación entre los 'tróspidos', como se les conoce popularmente, y sus sobreprotectoras madres siempre añade un punto extra de dificultad para que cuaje cualquier tipo de relación. Eso sí, candidatas no van a faltar en el 'date show' más alocado de la tele, que regresa esta noche a partir de las 22.30 horas en Cuatro. Suerte que el ángel del amor no estará solo frente a los descartes maternos y las aficiones raras de sus hijos, ya que contará con una aliada de excepción, Luján Argüelles, la casamentera oficial de la cadena y presentadora del programa.

La nueva generación 'tróspida' sigue en su línea, la de huir de la normalidad en los 'casting'. El mayor de todos es David, un decorador de interiores de 37 años, y su madre, María Rosa, tarotista profesional con dotes adivinatorias, o eso asegura ella. «Mi madre me ha buscado chicas y ha organizado citas a ciegas», confiesa el joven. Como todos los demás, tendrá diez candidatas para encontrar a su media naranja y estas no siempre serán afines a su personalidad y gustos.

«Mi mujer ideal es un putón familiar», con esa enigmática y directa frase se presenta Markus, un chico de 28 años de Vigo. No sabemos si a su madre, María José, le hará mucha gracia, porque su referente como mujer es Lina Morgan y no encaja precisamente con la definición de su hijo. En lo que ambos coinciden es en ser muy despistados y en «dormirse por las esquinas».

Sandro, malagueño de 28 años, es el candidato gay de la edición, pero eso no le impide ser «de derechas, más de Aznar que de Rajoy, y monárquico». Cansado de ir de flor en flor, busca un hombre «varonil y fuerte». Otra cosa será lo que quiera su madre, Rosa, que está cansada que de que a los novios de su hijo «únicamente les guste la fiesta, la noche y la juerga», por eso pondrá el freno a cualquier candidato que no sea «un hombre con futuro».

El niño rico

En este programa tampoco podía faltar el niño rico, que en esta ocasión se llama Rafa, viene de Marbella y tiene 22 años. Es un empresario al frente de varios negocios y no se priva de ningún capricho, «quiero que mi boda sea como la de Julio Iglesias», confiesa. Su madre, María Luisa, tiene la misión de descartar a todas las candidatas que solo vayan en busca de la fortuna de su retoño.

Y el representante friki de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' es Diego, graduado en Comunicación Audiovisual de Mérida y que nació hace 23 años. Su cita ideal «sería ver unas cuantas películas en casa, salir de fiesta por la noche e ir de empalmada al parque de atracciones», comenta. Estrella, su madre, fue presentadora de informativos en la televisión de Extremadura, y quiere una novia para su hijo «moderna pero con tradiciones. Que pueda ir al concierto de los Rolling Stones y a la vez le guste Eurovisión». De esa guisa, las flechas de Cupido volverán a volar en la parrilla de Cuatro.