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Ensayo de Nabucco en el Campoamor con el maestro Gianluca Marcianò en primer término.
La voz de los desterrados

La voz de los desterrados

La ópera que consagró a Verdi vuelve al Campoamor, esta vez en versión de Emilio Sagi

RAMÓN AVELLO

Domingo, 4 de octubre 2015, 01:17

En 'Nabucco', la ópera que consagró la genialidad de Verdi, confluyen, al menos, tres historias. La primera es la historia personal del compositor, tal como nos la cuenta el propio Verdi en una extensa carta al editor Giulio Riccordi. En ella se explica la génesis de 'Nabucco', en un momento en el que Verdi, pese a no tener aún treinta años, era un hombre acabado, humana y artísticamente. La segunda historia es la del propio Nabucodonosor, rey de Babilonia, recogida en el Antiguo Testamento. Historia adaptada por el libretista y aventurero Temístocles Solera, con muchas licencias históricas, a veces disparatadas. La tercera historia es la proyección simbólica de la ópera, que transciende el ámbito bíblico para universalizarse como una alegoría del poder, un reflejo del anhelo de justicia, un espejo del fanatismo y la envidia, y un anhelo de libertad en una humanidad oprimida.

A TENER EN CUENTA

  • El coro, protagonista

  • Además de ser la voz del pueblo, el coro adquiere en 'Nabucco' un protagonismo esencial en el drama y la música. Un coro que pasa del temor a la efervescencia patriótica, de la súplica a la nostalgia por la patria perdida.

  • Obertura

  • Aunque abra la ópera, fue lo último en componerse. La obertura es como un fresco monumental que sintetiza los temas esenciales que se desarrollarán en la obra

  • Nueva vocalidad

  • En 'Nabucco', Verdi perfila una nueva tipología vocal en la soprano dramática que da vida a Abigaille, y muy especialmente en la voz de Nabucco, primer prototipo del expresivo y poderoso barítono verdiano

  • Nabucco

  • El barítono búlgaro, con un largo recorrido verdiano a sus espaldas, interpreta un personaje difícil vocalmente hablando. Requiere el rol expresividad, contundencia en la voz y amplia tesitura. Su aria más bella es la titulada 'Dio di Giuda' (Dios de Judá), en el cuarto acto.

  • Abigaile

  • La soprano rusa da vida a uno de los roles más complejos. Personaje dominador, ambicioso, pero también sensible, su voz exige agilidad, densidad tímbrica, amplia tesitura, tanto hacia el agudo como en el registro grave, fuerza y en algunos casos lirismo expresivo.

  • Gran Sacerdote de Israel

  • Personaje fanático y tozudo. Requiere voz de bajo pero que pierde el carácter hierático y abisal en las partes graves para ganar una línea de canto más expresiva y clara.

Estrenada en la Scala de Milán, en 1842, 'Nabucco' no sólo alcanzó un sorprendente éxito para un autor prácticamente desconocido, sino que además se convirtió en la bandera del 'Risorgimento', el movimiento cultural y político que abogaba por la unidad de los diversos estados de la península italiana. La página más hermosa de 'Nabucco', el famoso 'Va pensiero', fue y es el himno honorífico y afectivo de Italia, mucho más conocido, incluso por los propios italianos, que el 'Canto degli italiani', himno nacional compuesto por Novaro, patriota y músico del 'Resurgimiento'.

El jueves vuelve al Campoamor 'Nabucco', en una nueva coproducción de la Ópera de Oviedo, Teatro de San Gallen, Baluarte de Pamplona, Teatro Principal de Palma y Jovellanos de Gijón. A las cuatro funciones de abono se suma, fuera de abono, la función Viernes de Ópera, antes llamada Ópera Joven, el viernes 16. Bajo la dirección escénica de Emilio Sagi, y la musical de Gianluca Marcianò al frente de Oviedo Filarmonía y el Coro de la Ópera de Oviedo, estará protagonizada por Vladimir Stoyanov, Mikhail Ryssov, Ekaterina Metlova, Alessandra Volpe, Sergio Escobar, Miguel Ángel Zapater, Jorge Rodríguez Norton y Sara Rossini. En la función del día 16, los protagonistas serán Damiano Salermo, Maribel Ortega, Ernesto Morillo, Enrique Ferrer y María Luisa Corbacho, en los papeles de Nabucco, Abigaille, Zaccaria, Ismaele y Fenema, respectivamente.

Como en la ópera italiana belcantista, la unidad dramática musical de 'Nabucco' son las escenas, dieciséis en total, que generalmente se adaptan, salvo en algunas de las grandes escenas corales, a las tres partes escénicas de la ópera del Ochocientos: un recitativo introductorio; un aria o cavatina melódica; y, finalmente, la cabaletta final, rápida y brillante. Las escenas se estructuran en cuatro actos, titulados 'Jerusalén', 'El impio', 'La profecía' y 'El ídolo roto'.

En el melodrama romántico era preceptivo una historia sentimental. En 'Nabucco' esta historia, protagonizado por Ismaele y Fenema, hija de Nabucco, aunque recorre la obra, es relativamente poco relevante frente a la pasión política que da pie a personajes originales, de cuño netamente verdiano, protagonistas del drama: Abigaille, la hija de Nabucco con una esclava, ambiciosa y malvada; Nabucco, rey de Babilonia; Zaccaria, el sumo sacerdote de los hebreos, manipulador y fanático. Personajes de fuerte personalidad, para los que Verdi inventa una tipología vocal nueva, que refuerce su dramatismo. Así, Abigaille es una soprano muy poco común -una excepción sería la Norma, de Bellini- antes de Verdi. El carácter dramático, la amplia tesitura, especialmente comprometida en los registros agudo y grave, la potencia para realzar su canto frente al coro, está exigiendo un nuevo tipo de soprano, llamado luego de coloratura o verdiano. El aria 'Ben io t'inveni' es un ejemplo de esta tipología vocal. Por su parte en Nabucco tenemos el primer ejemplo de barítono verdiano, expresivo, ágil y con una tesitura que apunta al agudo. Zaccaria también es un bajo insólito antes de Verdi, que adquiere dramatismo, cierta sobriedad expresiva y una tesitura mayor en el registro agudo.

La segunda novedad está en el coro y las escenas corales. Se han visto antecedentes en Rossini -'Moisés en Egipto' y, en menor grado, 'Fidelio'-, pero el hacer del coro un protagonista central, insertado en la acción y con una gran versatilidad expresiva es uno de los grandes hallazgos de Verdi.

La tercera innovación de Verdi está en la orquesta, tanto en el color tímbrico, la pujanza rítmica y el sentido estructural de la orquesta en la obra. Un ejemplo de esto último es la Obertura inicial, modelo de lo que se ha llamado 'obertura resumen' u 'obertura mosaico', al utilizar los temas que luego se desarrollarán en la obra.

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Vladimir Stoyanov

Ekaterina Metlova

Mikhail Ryssov

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