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ALBERTO PIQUERO
Lunes, 22 de junio 2015, 00:18
Tiene luz propia, pero Olga María Ramos nunca ha olvidado que el apelativo artístico con el que se la conoce, 'La hija del cuplé', le viene heredado de su madre, la popular cantante y violinista madrileña Olga Ramos, de la que este año se cumple el décimo aniversario de su fallecimiento.
De modo que el concierto que ofreció ayer en la Sala de Cámara de Música del ovetense Auditorio Príncipe Felipe estuvo dedicado a conservar esa memoria, incluyendo en la presentación dos vídeos en los que se pudo contemplar a Olga Ramos interpretando virtuosamente al violín 'El gaitero de Gijón' o escuchar las consideraciones sensatas que tenía acerca del arte que ella llevó a los escenarios al compás de chotis y cuplés.
'Bravos' y aplausos
Después, acompañada por el pianista Pablo Jiménez, con profunda emoción, elegancia y el diapasón vocal en las notas justas, Olga María Ramos evocó a su antecesora mediante piezas tan legendarias como 'La llave', 'La violetera', 'Nena' o una composión deliciosa de su padre: 'La yaya'. Y, a dúo con un invitado, Javier Mejuto, 'Quiéreme mucho'. Poniendo en cada tema el talento que le brota en la garganta y dotes de actriz y añadiendo unas cuantas gotas de picardía indispensable para el género, que en sus maneras de expresarlo siempre tiene sentido de la medida. Una velada entrañable, en la que un público no demasiado numeroso compensó de forma muy notable la mengua del aforo con un entusiasmo que rodeó a la artista de incontables aplausos y 'bravos'.
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