«Malú te enamora poco a poco»

Poco a nada importa cuando el objetivo es estar cerca de tu ídolo. Esta viaja máxima se volvió a cumplir en Gijón, a las puertas del Palacio de los Deportes, horas antes de que la cantante Malú saliera al escenario para derrochar voz y música. Una larguísima cola aguardaba, bajo un sol abrasador, para conseguir ser los primeros en acceder el recinto deportivo y obtener una posición de privilegio en las primeras filas para ver el espectáculo.

En la cola, compuesta en su mayoría por gente joven, se encontraban seguidores de todas partes de España: San Sebastián, Madrid, Vigo, Valencia, Bilbao... Algunos con banderas, otros con cartulinas, e incluso con juegos de cartas... Cada uno amenizaba la espera como podía, pero todos tenían algo en común: radiaban emoción y entusiasmo a partes iguales. Amanda y su hija comandaban la cola desde la mañana de ayer. Venidas desde Cantabria solamente para ver el concierto, subrayaron la «fuerza y carácter» así como «el dinamismo que Malú ofrece en sus actuaciones». Cristina Ribero, de 15 años, lo tiene clarísimo: «Siempre existe una una canción de Malú para cada momento». Mientras, Silvia Villanueva, de 16, reconoce que «la espera cansa, pero al final vale la pena».

La música no tiene edad. Y los fans de Malú se mueven en distintas franjas. Diana María Barroso, de 37 años, ferviente seguidora y miembro de su club de fans, llegó a las puertas del recinto a las 11 de la mañana. «Malú es una persona que te enamora poco a poco», confiesa. Su acompañante, Marta Sordo, de 39, aseguraba «encontrarse muy bien en la cola» y le sacó el lado bueno a la espera: «Gracias a ella, hemos conocido gente. Al final todos acabamos siendo una gran familia».

Iris Lobato, una joven estudiante de 18 años, elogia la «profundidad de sus letras» mientras que otra fan, Alba Pera, se queda con «su interpretación en directo» y su tocaya, de apellido Puente, se confiesa «muy identificada con sus letras». Tanto, que lleva tatuadas en su hombro derecho las primeras notas de una canción perteneciente al primer album de Malú, 'Aprendiz', publicado en 1998.

Mientras la cola crecía y crecía con el paso de los minutos, miembros de la organización repartían globos, concretamente 110, con una finalidad: debían de levantarse al unísono en la primera canción del concierto. Así fue.