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P. A. MARÍN ESTRADA
GIJÓN.
Martes, 28 de noviembre 2017, 00:23
«El hombre que habló sobre el silencio», así definió al escritor Juan Rulfo la editora cubana Mayda Bustamante durante la presentación de un volumen que celebra su centenario con los relatos de más de una veintena de autores hispanoamericanos y que ayer acogió el Ateneo Jovellanos en un acto apoyado por el Aula de Cultura del diario EL COMERCIO.
Además de la responsable de la edición de esta antología titulada 'Rulfo, cien años después, veintitrés narradores lo celebran', estuvieron presentes dos de los autores seleccionados: el gijonés y colaborador de este periódico Pedro Antonio Curto y el venezolano Víctor Vegas. Los tres glosaron la figura del escritor de 'Pedro Páramo' y 'El llano en llamas', calificado previamente por el vicepresidente del Ateneo, Luis Rubio Bardón, como «padre del realismo mágico» y, citando al propio Curto, como alguien «que ha dicho tanto con tan poca obra».
Mayda Bustamante definió a su firma, Huso Editorial, como una empresa «joven pero ambiciosa en la que apostamos por la excelencia literaria» y la obra presentada sería un ejemplo de ello. La editora explicó que el resultado de este libro homenaje había respondido a una «selección rigurosa de autores y relatos» para lograr que en el conjunto estuviese «representada la enorme estatura de Rulfo». En el volumen se recogen textos de un total de veintitrés autores de siete países: México, Cuba, España, Costa Rica, Argentina, Venezuela y Chile, y entre ellos, además de Pedro Antonio Curto, se encuentra otro colaborador de este periódico, el venezolano Edgar Borges. Y el objetivo perseguido, afirmó Bustamante, era «transportar al lector al territorio mágico rulfiano y que provoque alegría leerlo», ya que como había escrito el propio autor homenajeado, «nadie anda en busca de tristezas».
Víctor Vegas rememoró la obra y la presencia de Juan Rulfo a través de dos anécdotas: la primera, cuando el colombiano Álvaro Mutis aconsejaba a su compatriota Gabriel García Márquez -entonces solo un periodista con ambiciones literarias- que leyese 'Pedro Páramo' si quería dedicarse a escribir novelas; la otra, evocando la respuesta que el gran narrador mexicano dio en una conferencia en Caracas, allá por los 70 del siglo pasado, a quienes le preguntaban por qué había dejado de publicar: «Se murió mi tío Celestino que era quien me contaba las cosas». Sobre esta última historia quiso construir Vegas su aportación al libro de homenaje, el relato 'Sin noticias de Comala'.
Por su parte, Pedro Antonio Curto, cuyo cuento también lleva el topónimo rulfiano en su título: 'Comala bajo la lluvia', dedicó parte de su intervención a reinvidicar a otro narrador latinoamericano del que también se cumple su centenario, el guatemalteco Augusto Roa Bastos, en cuya obra está muy presente la huella de Rulfo, explicitada incluso en el propio territorio literario de Comala que «no está solo tierra adentro, está más allá, es el mundo tal como debería ser», dijo el gijonés recordando a Roa Bastos. Curto destacó la posición de los dos escritores frente al llamado boom latinoameriano y del autor de 'Pedro Páramo' aseguró que «no crece hacia arriba sino hacia el interior» y destacó su negativa «a traicionarse a sí mismo o a caer en el mercadeo» de otros contemporáneos. La editora rescató al final del acto unas líneas de la autora del prólogo, la argentina Liliana Díaz Mindurri, que justifican la obra: «La piedra y el páramo de nuestro origen crecen leyendo a Juan Rulfo y nos llevan a fantasear y escribir nuevas ficciones en este libro, nuestro particular modo de rendirle homenaje».
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