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M. F. ANTUÑA
Miércoles, 21 de junio 2017, 00:08
Ellos tomaron la palabra. Contaron sus experiencias investigando la figura de Hugh Herr, viajando al pasado romano en el que indagó Mary Beard o reciclando plásticos para hacerlos arte y alentar medidas contra el cambio climático y ella escuchó y también habló. Doña Letizia visitó ayer el colegio público El Quirinal de Avilés y el IES Jerónimo González de Sama de Langreo y, en su camino, aprendió que a las escuelas y a los institutos también llegan los valores que representan los premiados por la Fundación Princesa de Asturias. El programa 'Toma la palabra', que llegó a 2.000 alumnos de 74 centros escolares de la región el pasado año, se presentó ante la Reina en forma de dibujos, libros, arte y tecnología durante la mañana de ayer.
La Reina llegó a Avilés a las once de la mañana. Entonces los niños de Infantil, con sus mandilones de cuadros, ya se sabían de pe a pa la cantinela que les iba a compañar toda en un día nada corriente: «¡Letizia, Letizia, Letizia!». Así la recibieron y despidieron mientras ella chocaba las manos de las autoridades que habrían de acompañarla, empezando por el presidente del Principado, Javier Fernández, y siguiendo por la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo. Una breve reunión dio paso a la primera cita con alumnos y profesores. Medio centenar de niños de nueve y diez años (cuarto y quinto de Primaria) la esperaban con su cartapacio de dibujos dedicados a la figura de Hugh Herr, galardonado el pasado año de Investigación Científica y Técnica y sobre el que escolares de toda Asturias trabajaron. Sus piernas biónicas se tornaron protagonistas de los dibujos, sobre los que ella preguntó a pequeños y mayores. De los peques se llevó también un regalo muy especial, el libro que realizaron para la princesa Leonor en el que mostraban los valores que comparten con la futura Reina. A saber: creatividad, solidaridad, curiosidad, tolerancia, respeto, libertad...
Bajo la claraboya interior del centro escolar escuchó la Reina a los niños y bajo el porche de entrada se colocaban en biombos los dibujos dedicados a Hugh Herr de centros escolares de toda Asturias. Allí doña Letizia también saludó a alumnos y profesores, antes de visitar la exposición de paneles dedicada al premiado estadounidense y de posar para la foto de familia junto a los 700 alumnos del colegio. Incluidos los niños de Infantil que tan infatigablemente habían coreado su nombre.
Para entonces, decenas de personas se agolpaban a las puertas del colegio para ver a doña Letizia, que, acto seguido, se desplazó por carretera rumbo a Langreo. En Sama, la ola de calor se hacía fuerte y ni a sol ni a sombra se hacía corta la espera con el termómetro en ascenso imparable. Crecían los nervios y por fin la Reina se reunió con 110 representantes, entre alumnos y profesores, de los 46 centros escolares que participaron en 'La aventura de los clásicos', que así se tituló la iniciativa puesta en marcha para dar a conocer el trabajo de Mary Beard, la premiada de Ciencias Sociales del pasado año, y que consistía en redactar relatos sobre el mundo antiguo después de descifrar un mensaje encriptado. Mari Luz Cienfuegos, catedrática de Latín del instituto doña Jimena de Gijón, fue una de las que charló con la Reina para explicarle cómo se habían implicado a los chicos en las investigaciones de Mary Beard. Habló de los enigmas escritos en latín que les animaban a adentrarse en el conocimiento del mundo romano y de cómo los estudiantes se lo pasaron en grande. Eso al menos le contaron a la Reina, que escuchó atenta, que preguntó y que quiso saber si habían tenido oportunidad de reunirse con la premiada. Vio sus trabajos y hasta recibió un periódico realizado por los alumnos del IES Pérez de Ayala de Oviedo. Santiago Álvarez, uno de los alumnos, bien respaldado por Antonio Muñoz, el director del centro y su compañera Sara Rueda, le explicó a doña Letizia con detalle cómo elaboraron una publicación en la que quisieron recoger las noticias más destacadas de la época romana y griega y, jugando al 'Ministerio del tiempo', incluyeron también noticias actuales, como la propia concesión del Premio Princesa de Asturias a Beard.
Aún faltaba un encuentro con alumnos y profesores del área de tecnología del centro, donde le presentaron el prototipo del proyecto Prias, consistente en una serie de sensores que, acoplados a contenedores de basura, permitirían a las empresas de recogida obtener una serie de datos para una mayor eficiencia en los procesos de reciclaje. La iniciativa tuvo un fuerte impulso tras la visita de Richard Kinley, secretario ejecutivo adjunto de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, que recibió el Premio de Cooperación en 2016.
Y precisamente a ese galardón, y a las maneras de hacerle frente al cambio climático, hacía referencia la instalación artística que se montó en el patio central del instituto. El reciclaje se hizo belleza en el proyecto Artes plásticos, en el que tomaron parte 16 centros educativos. La basura adquirió una nueva vida: desde una «lavadora de conciencias», a un sofá viejo, máquinas de coser, paraguas... De todo un poco para componer arte de mano de Israel Sastre, que se encargó, junto con un grupo de niños, de explicarle a la Reina el proyecto.
Llegaba el punto y final. Con el sol cayendo a plomo a la ribera del Nalón, la Reina abandonaba el instituto langreano. En medio del habitual despliegue de seguridad, aún hubo hueco para que el público pudiera saludar a doña Letizia y dedicarle algún piropo. Ella, vestida con pantalón blanco y blusa y sandalias rojas, correspondió con sonrisas y saludos antes de tomar de nuevo rumbo a Madrid.
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