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Juan Luis Rodríguerz Vigil, en el RIDEA.
«A buenas horas mangas verdes»

«A buenas horas mangas verdes»

Expresidente del Principado y 'padre' del proyecto Puerto Norte para el Bajo Nalón

JOSÉ MARÍA URBANO

Viernes, 17 de marzo 2017, 08:53

Juan Luis Rodríguez Vigil, expresidente del Principado, presentó en 1991 el proyecto Puerto Norte, una ambiciosa idea que trataba de aprovechar todos los recursos naturales del Bajo Nalón para convertir esa zona en uno de los enclaves de privilegio de Asturias de cara al turismo. Hace unos días, una nueva plataforma ha vuelto a reivindicar la esencia de un estudio que nunca llegó a concretarse. Rodríguez Vigil explicó ayer a LA VOZ DE AVILÉS las claves de aquel proyecto y su visión sobre la realidad de la zona, e incluso de Asturias.

-¿Qué le parece que se vuelva a tratar de resucitar el proyecto que usted ideó y presentó en 1991 bajo el nombre de Puerto Norte?

-A buenas horas mangas verdes. Sobre todo porque ver que está ahí el actual alcalde de Soto del Barco da risa. Él, que fue uno de los que se opuso a la idea cuando se presentó.

-Pues entonces era alcalde socialista, de su propio partido.

-No se opuso frontalmente, claro, porque no podía hacerlo en aquellas circunstancias, pero fue de los que se situó en el bando de los que no querían que se hiciese nada.

-¿Qué podría molestar de aquel proyecto presentado hace veintiséis años?

-Vamos a ver: en aquel tiempo, conmigo de presidente, las cosas que sucedieron se consideraban ideas extravagantes y según determinada gente, incluso dentro del PSOE, había que acabar con ellas.

-¿Y aquella era una idea extravagante?

-Para nada, era un proyecto muy razonable, pero como lo había ideado yo había que machacarlo.

-¿Cómo surge Proyecto Norte, la idea más atractiva que se ha tenido nunca para actuar en la zona del Bajo Nalón?

-Un día estuve cenando en San Esteban de Pravia, en donde habían salido por aquel tiempo unas ideas sobre la necesidad de limpiar el fango de la ría y proceder a su dragado. Paseando por allí te das cuenta que el de San Esteban es un puerto de sillares, magníficos sillares, no es de hormigón, y por lo tanto tiene una belleza constructiva importante. Y dije: lo que hay que hacer es limpiar y dragar, a ver qué puede salir de aquella limpieza. Y ahí empezó la risa, que si iba a surgir la nueva Pompeya y cosas por el estilo. Lo típico de Asturias, en donde el nivel cultural es bajísimo, pero tremendamente sarcástico. La idea inicial estaba clara, había que dragar de forma continua, aprovechando además que la draga estaba allí de forma constante y casi siempre parada.

-El proyecto planteaba una actuación importante sobre los terrenos de la zona.

-Había una circunstancia muy importante: que al lado estaba el aeropuerto, es decir, que teníamos Madrid a una hora de viaje, en aquel tiempo en el que no se hablaba del AVE para nada. Todas las marismas estaban muy degradadas, con zonas muy amplias, como por ejemplo la que daba a la finca de Alfonso Fierro, con el que yo hablé y estaba encantado. Allí se encontraba también un desguace de barcos, lleno de detritus y aceites después de años de no cuidarse. Pero pensé que si se cubrían aquellas marismas, en parte con aquellos lodos, podría recuperarse en la zona de La Arena un espacio de más de 30 hectáreas, en donde se podría levantar un campo de golf magnífico al lado del aeropuerto. Y además era una obra no excesivamente cara.

-Contaba además con una importante bolsa de suelo público.

-Esa era otra baza importante, suelo público que pertenecía al puerto, es decir, a puertos regionales, y a FEVE, que sigue ahí muerto de risa. Lo que se pretendía era hacer un esquema de terrenos, ordenándolos y limpiándolos y entonces tendríamos en el Bajo Nalón el sitio más hermoso de Asturias. Algo espectacular, una vez que el Nalón dejó de echar mierda. ¡Qué más quisiera FEVE que se ordenara aquello!

-¿Y en el aspecto marítimo?

-La idea era quitar el desguace de barcos directamente. Aquello no es como el magnífico desguace que hay ahora en El Musel, con todos los adelantos tecnológicos. Y luego dar velocidad a la entrada de la ría para suprimir la barra. El resultado serían dos magníficas áreas de puerto, una en San Juan de la Arena y otra en San Esteban, pero además una orientada a las embarcaciones de la mar, barcos pesqueros, y otra deportiva doble, al añadir las de río al poder hacerlo navegable hasta Pravia.

-Y finalmente, el puente, que ahora mismo es lo que más se demanda.

-Esa era una de las cuestiones básicas, unir las dos orillas con un puente precioso, que podría ser solo peatonal, y que daría el acceso a las playas, comunicaría las dos poblaciones... Pero ahí se quedó, nadie hizo nada. Bueno, sí, colocaron un muro en La Arena que lo único que hizo fue quitar la visión de la ría.

-Ningún Gobierno siguió esa estela.

-Todos los que están ahora en ese tema son responsables y por eso digo que me hace mucha gracia ver ahí al alcalde de Soto, que fue el primero que no tiró del carro en su momento.

-La plataforma que se acaba de formar ha dicho que no quiere contar con los políticos. ¿Le parece razonable esa postura para sacar adelante un proyecto como éste?

-Eso es una bobada más. Todos los proyectos de infraestructuras son políticos. Yo creo que el problema es que no se tiene una idea de Asturias. Cada zona de Asturias es distinta y tiene que tener un proyecto de desarrollo propio. El Bajo Nalón, San Esteban , La Arena, Pravia, Candamo, Cudillero... tiene una obvia vocación turística. Lo que hay que darle es el marchamo de calidad y eso precisamente era lo que se pretendía con aquel proyecto.

-¿Por qué el nombre de Proyecto Norte?

-Por una razón, porque aquel proyecto no era para venderlo en Asturias, en donde nos conocemos todos. Tenía un público y un mercado ajenos a Asturias, básicamente de Madrid, con una buena comunicación y orientado al fin de semana ideal de gente con un cierto poder adquisitivo, con afición por el golf, la gastronomía, el paseo... Que conste que la idea del nombre me la dio Juan Cueto, que me dijo: «Juan Luis olvídate, lo del Cantábrico no vende un pimiento, lo que vende es la idea del Norte». Y así surgió.

-Recuperar el proyecto es algo que se ha intentado en numerosas ocasiones durante todos estos años. ¿Cree que esta vez puede fructificar este nuevo intento?

-¿Qué quieres que piense? A mí todos estos temas me producen un gran escepticismo. ¿De los partidos políticos de Asturias ves a alguno que tenga algún poder constructivo? El que sea, aunque fuera una fábrica de pirulís.

-Me parece que ya me ha contestado.

-Aquí hay un potencial tremendo. Si miras los elementos que se barajaban compruebas que aquel proyecto era la generalización en todo el Bajo Nalón del fenómeno de Salinas: público de estándar alto, con inquietud, con posibilidades de moverse, incluso de permanecer en segundas residencias, que busca sobre todo un ámbito de calidad. Y todo eso se dejó pasar. No sé quién y cómo va a estar dispuesto a ponerlo ahora en marcha ahora. Yo seguiré con mi escepticismo.

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