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SHEYLA GONZÁLEZ
Jueves, 2 de febrero 2017, 01:46
El Impuesto de Sucesiones y Donaciones de Asturias es uno de los dos más altos de España y su tipo es de los más altos de toda Europa. Eso lo saben bien en casa de Rosa Martínez, vecina de Castrillón, que, junto a sus hermanos, ha evitado perder la casa familiar gracias a un resquicio legal que les aconsejó su notaria.
La heredera legal era la madre de Rosa Martínez, que recibió de sus padres un único bien, una casa de más de 70 años en Salinas por la que el Principado le reclamaba el pago de 36.000 euros, a los que luego se sumaba la plusvalía. La vivienda está inscrita en el Catastro con un valor que no llega a los 112.000 euros pero, a la hora de abonar el impuesto de sucesiones, ese valor se multiplicó por más del doble. «No nos lo esperábamos, nos llevamos una sorpresa muy grande y un disgusto aún mayor. El impuesto casi nos quita la casa familiar pero por suerte y gracias a la notaria que controlaba el tema pudimos evitarlo», explica Rosa Martínez.
La herencia les llegó hace dos años y cuando se disponían a arreglar los papeles necesarios, su notaria les explicó que si su madre aceptaba quedarse con la vivienda tenía que pagar 36.000 euros. Un dinero que no tenía y que, dada la edad que tiene, cercana a los 80 años, no podía conseguir. «No sabíamos que hacer porque no entendíamos el porqué de eso», comenta Rosa Martínez. El Impuesto de Sucesiones se empezaba a aplicar por entonces a aquellos bienes que superaban los 150.000 euros y aunque el valor catastral de la vivienda no llegaba a ello, tras aplicarle el coeficiente establecido por el Principado (del 2,17) este subía hasta los 242.793 euros, lo que obligaba a la madre de Rosa a tener que asumirlo.
«Es totalmente injusto. Ellos ponen un mínimo pero luego aplican un coeficiente que te multiplica por dos el valor de tu herencia y te obligan a pagar por algo que es de tu propiedad», lamenta Rosa Martínez. Su notaria les explicó los pros y los contras y las opciones que tenían para no perder la casa ya que su madre no podía hacer frente al pago. Su escape fue la renuncia de la herencia en favor de sus hijos. «Como somos siete hermanos y cada uno heredamos una séptima parte el dinero se reparte y no llegamos al mínimo y evitamos pagar», relata Rosa.
Esta medida que para ellos resultó satisfactoria no siempre lo es, ya que de haber tenido un único hijo este hubiera tenido que pagar la misma cantidad. Por esta herencia la familia Martínez apenas habría tenido que pagar algo más de 100 euros si vivieran en Madrid. «Es totalmente discriminatorio que por vivir en Asturias tengamos que pagar estas cantidades tan desorbitadas», recalca la afectada.
El desconocimiento sobre el impuesto de Sucesiones es otro de los temas que Rosa Martínez quiere destacar. «Hasta que no te llega no sabes qué es lo que va a pasar. Nosotros no teníamos ni idea y te inunda la tristeza porque ves que puedes perder tu casa sin merecerlo», apunta, a la vez que hace hincapié en que «mi madre se merecía tener esta casa a su nombre, porque es donde se crió y porque es lo que sus padres querían, pero este impuesto injusto ha conseguido que no sea así aunque nosotros se la hemos puesto a su disposición. En definitiva es de ella».
Los siete hermanos sí tuvieron que hacer frente a la plusvalía, que ascendió a 12.000 euros y que repartieron a partes iguales. «Es un dinero que podríamos haber invertido en hacer arreglos en la casa, que bien los necesita», apunta Rosa.
Supresión del impuesto
«El impuesto no tiene que rebajarse, tiene que eliminarse. Estás pagando por el mismo bien infinidad de veces. Primero pagas por la compra, luego el IBI y ahora la sucesión. Es algo tuyo no tienen que hacerte pagar por ello», recalca Rosa Martínez. El caso de esta familia no es único en Asturias, son muchos los afectados por este gravamen.
«Hay quien dice que solo afecta a los ricos, a los que más posesiones tienen pero no es cierto, afecta a todas las familias por igual», lamenta Rosa, que insiste en que «aunque los 36.000 euros a pagar puedan sonar a poco, para unas personas jubiladas que cobran 900 euros al mes es mucho dinero». Señala además que muchos se quedan sin sus ahorros para «dárselos al Principado por que sí».
Rosa Martínez recomienda a todas las familias informarse antes de aceptar o rechazar una herencia para saber todas las opciones posibles. «No es justo que alguien se quede sin lo que es suyo por un impuesto desproporcionado que no debería existir», apostilla.
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