Secciones
Servicios
Destacamos
BÁRBARA MENÉNDEZ
Lunes, 30 de enero 2017, 01:58
Tal y como advierte Tomás Emilio Díaz González, catedrático de Botánica de la Universidad de Oviedo, el problema de las especies invasoras en los ecosistemas autóctonos no es una realidad de la que los ciudadanos no se deberían preocupar. Entre otras amenazas, el experto habla de la posibilidad de transmisión de enfermedades a los seres humanos y la llegada de plagas de diversa incidencia. Para poder combatirlas, el científico planteará varias medidas durante su conferencia en el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, 'Las plantas invasoras de los humedales litorales', que se celebrará esta tarde a las 20 horas en el Centro de Servicios Universitarios de La Ferrería.
¿Por qué la apreciación del litoral? ¿La erosión del agua empeora la situación?
'Litoral' no sólo describe la costa. Me refiero a la franja un poco más interna que incluye los sistemas de dunas y acantilados, las marismas o los estuarios, que pueden ser de hasta un kilómetro de profundidad hacia el interior, y voy a hablar incluso de los bosques ribereños. He cogido estas zonas porque el conjunto de plantas invasoras tiene su mayor densidad en esta área litoral que, por otra parte, está inmensamente poblada en Asturias y en toda la costa cantábrica. Parece que hay una estrecha relación entre la densidad de población y el mayor número de especies invasoras.
¿Entonces se podría decir que las personas son las culpables de esta situación?
Evidentemente, la penetración de las invasoras se debe a la acción humana. Primero porque el hombre ha traído estas plantas a nuestro ecosistema con fines ornamentales para proteger los taludes de las autopistas y carreteras. Además, han penetrado en aquellas áreas que están infrautilizadas como zonas industriales y hábitats muy sensibles, como marismas o dunas, donde las invasoras encuentran un medio adecuado para sobrevivir eliminando a las plantas autóctonas. Pero esto en un futuro puede significar no sólo la desaparición de ciertas especies, sino también que toda la estructura, todo el ecosistema, se venga abajo.
Está describiendo tal cual la llegada de la hierba de la Pampa.
Totalmente, va a ser uno de los elementos centrales de mi conferencia. En estos momentos se la considera la peor invasora a nivel mundial, no sólo en España. Atañe desde a Australia y Nueva Zelanda hasta gran parte de América y Europa.
¿Es viable a día de hoy plantearse su erradicación total?
También quiero plantear esto. Desde el punto de vista técnico sí que es posible su erradicación. Hay mecanismos ya muy ensayados que presentaré durante mi intervención en Avilés. Lo que pasa que el problema ha pasado a ser económico. Presentaré unos datos que recogen lo que supondría a nivel de costes la eliminación de esta planta en diversas superficies. Sinceramente, creo que abordar el problema de forma global no será posible porque es necesario muchísimo dinero. Nos tendremos que centrar en proteger hábitats de remarcado interés. Además, si el mantenimiento no es continuado, corres el riesgo de que vuelvan a aparecer, como ya ha ocurrido en diversas ocasiones.
¿Cree que tanto la Administración como los ciudadanos deberían tomarse más enserio este problema?
Sí, claro. Cuando los expertos hablamos de especies invasoras, la gente piensa en que atacan y eliminan ecosistemas, pero por lo general son poco sensibles de esta situación. Pero lo cierto es que el problema tiene muchísimas aristas, la fauna y flora invasora pueden causar graves daños a la agricultura, traer plagas e incluso problemas sanitarios para el ser humano como enfermedades contagiosas. Cuando la sociedad se conciencie de la grave amenaza que supone, los organismos públicos comenzarán a tomar medidas más serias para su contención y control. Por eso los medios de comunicación son vitales, deben informar a la población de esta realidad y concienciar a las masas.
¿Qué consejos le daría a las personas para no reproducir el problema?
Primero, que como personas individuales se abstengan de introducir o cultivar plantas consideradas invasoras. Si además saben de zonas cercanas, como parques o jardines, donde estas especies se estén reproduciendo, deberían eliminarlas.
Hablaba antes de la hierba de la Pampa, pero, ¿qué otras especies constituyen una amenaza?
En estos momentos, es una amenaza para ecosistemas de marismas y dunas principalmente la espartina ('Spartina patens'), una planta originaria de América del Norte que hace treinta años ni siquiera conocíamos, pero que ha conseguido reproducirse hasta llegar aquí. Llama la atención el hecho de que en realmente muy poco tiempo, una planta puede representar una amenaza para el desarrollo normal de determinados ecosistemas.
Parece que Asturias sufre especialmente la invasión de otras especies.
Sí, exactamente tenemos catalogadas 124 especies invasoras. Hay una discrepancia entre el Ministerio de Medio Ambiente de España, que considera que sólo veinticuatro de ellas son invasoras importantes, y los propios expertos, que advertimos hasta casi noventa que son potencialmente peligrosas. De todas ellas, la hierba de la Pampa es la más preocupante por la cantidad de territorio que ocupa, pero tampoco nos podemos olvidar de el resto de amenazas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.