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CRISTINA DEL RÍO
Sábado, 19 de noviembre 2016, 04:30
La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y Exclusión Social en España (EAPN) cerró ayer en Avilés su encuentro anual con la vista puesta en el futuro sin olvidar el presente. Las urgencias y retos que los delegados nacionales de las distintas organizaciones que integran la red han señalado durante dos jornadas de trabajo en el Centro Niemeyer se unen en un desafío que, como recordó Carlos Susías, presidente de EAPN, exige un trabajo a dos bandas. «No podemos caer en el activismo sin reflexión, ni en la reflexión sin acción» porque «la mayoría de nosotros podemos permitirnos el lujo de estar varios años discutiendo el modelo ideal, pero las personas en situación de pobreza no se lo pueden permitir; hay que darles respuestas para mañana y para hoy al mismo tiempo», subrayó.
Fueron sus últimas palabras en el acto de clausura que precedió a la celebración de la asamblea general de la EAPN. Un recordatorio de que la situación generada por la «crisis y su gestión» requiere «paciencia y plantea nuevas urgencias». Advirtió de que esta no ha sido una crisis cíclica, sino que ha «afectado a procesos profundos de la sociedad», tal como se había expuesto en la jornada anterior. «Estamos viendo el medio y el largo plazo. Tenemos que decidir qué tipo de empleo queremos y qué tipo de garantías de rentas y de vida vamos a tener en el nuevo sistema social que se está configurando», apuntó. Y volvió a reivindicar un sistema nacional de rentas mínimas como «claro instrumento de justicia social y de desarrollo económico».
Carlos Susías, que recurrió a la metáfora del edificio en reconstrucción que el expresidente del gobierno Adolfo Suárez usó para la España de 1978, reconoció la dificultad de enviar «mensajes que, a largo plazo, pueden ser contradictorios con el día a día» porque «en este sector hay que trabajar en el corto plazo» pero en un ámbito de trabajo que incluye alianzas nacionales e internacionales. En el ámbito local, recordó «la necesidad de servicios municipales públicos y fuertes para materializar los derechos de ciudadanía, que los más vulnerables tengan los mejores recursos porque son elementos que benefician a toda la sociedad».
Recogía así la idea sobre la que previamente se había extendido Mariví Monteserín. La alcaldesa de Avilés aprovechó la presencia de representantes de todas las comunidades y ciudades autónomas para reivindicar el trabajo de la administración municipal en materia de políticas de integración social haciendo suyas las palabras del Premio Nobel, Amartya Sen, de que la pobreza y la falta de oportunidades económicas son los grandes obstáculos para el ejercicio de libertades fundamentales .
Situó Monteserín el compromiso con la erradicación de la pobreza y la exclusión social en el centro del debate político y a Avilés, en «referente» de modelo de convivencia por una serie de «acciones innovadoras e iniciativas sociales (...) que nos han permitido liderar o formar parte de importantes redes europeas por la promoción de las personas con mayores dificultades y la lucha contra las desigualdades sociales».
Nueva cultura empresarial
Se refirió a los desafíos de un «mercado de trabajo en constante transformación» y una reforma laboral «que ha roto equilibrio entre empresa y trabajador». Señaló como reto la consolidación de una «nueva cultura empresarial que incorpore la responsabilidad social y permita subsanar los desequilibrios del mercado». En este sentido, exhibió el compromiso del Ayuntamiento de Avilés en acciones como la inclusión de 'cláusulas sociales', por la que se obliga a las empresas adjudicatarias de obras y servicios municipales a destinar un porcentaje de las contrataciones a personas con mayores dificultades de acceso al mercado laboral. Desde 2009, 408 han sido contratadas por esta vía, luego incorporada por otros ayuntamientos, según señaló.
Citó las políticas activas de empleo y los programas de acompañamiento laboral que, además de tutelar esa incorporación al mercado, fomentan la creación de empresas y el autoempleo. También el plan de empleo al que cada año destinan 400.000 euros de fondos propios y el nuevo plan de empleo, aún en diseño, dirigido a personas con bajo nivel de formación. «En total queremos facilitar la inserción directa al mercado laboral de más de 150 personas durante el próximo año», ilustró.
Monteserín concedió que todos estos programas y acciones no podrían salir adelante «sin trabajar en red, con entidades sociales y agentes económicos». «Solo compartiendo podemos avanzar a una sociedad más justa e igualitaria» concluyó.
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