La consejera de Medio Ambiente ya había denunciado «prácticas inadecuadas»

La posible pérdida del tráfico de clinker puede ser la primera consecuencia de las reiteradas y severas advertencias lanzadas por la consejería de Medio Ambiente hacia las empresas del entorno portuario y en general, hacia las grandes industrias de la comarca. «El Principado redoblará esfuerzos para que los parámetros de contaminación se sitúen por debajo de los niveles legales en toda la comarca, sin excepciones», manifestó en enero su titular, Belén Fernández, en una visita realizada al puerto.

Tres meses después, el Sábado Santo, elevó el tono. Anunció «sanciones a empresas del entorno portuario», sin concretar a cuáles, por lo que calificó de «prácticas inadecuadas o deficientes en la gestión de graneles» y señaló directamente a la Autoridad Portuaria, emplazándola a que realice «un seguimiento más exhaustivo» de la actividad y se adopten las medidas necesarias para evitar las emisiones de partículas en las operaciones con graneles». La consejera argumentó su actitud en «los incumplimientos de las condiciones que las empresas tienen fijadas en su autorización ambiental, como la escasa humectación de los graneles, que constituye un factor crítico para evitar las emisiones de polvo a la atmósfera», destacadas, según precisó, en distintas inspecciones.

Belén Fernández añadió que las situaciones de mala calidad del aire «podrían evitarse si las operaciones cumplieran las exigencias impuestas por el Principado que hay que cumplir a rajatabla no son tolerables» y anunció que «si fuera necesario, no se descarta reforzar las condiciones impuestas en las autorizaciones de actividades potencialmente contaminadoras».

Poco después las empresa del entorno portuario señalaron que las advertencias y las multas por incumplimientos impuestas por la consejería de Medio Ambiente podrían acarrear una pérdida de tráficos, «si ni lo han hecho ya», matizaron.